La calificadora de riesgo Moody’s mostró su preocupación por la reticencia que tiene el gobierno de Javier Milei a devaluar, algo que, en su análisis, impide que baje el riesgo país. En este contexto, su vicepresidente, Jaime Reusche, comentó que los mercados financieros ven que será muy difícil que la Argentina cumpla con el pago de su deuda externa, por lo que descuentan que habrá algún tipo de reestructuración.
En diálogo con Radio con vos, Reusche afirmó que el momento es bastante complicado debido a que se van a incrementar los pagos que deberá afrontar el país. “Los pagos de bonos externos que tiene la Argentina pasarán de US$2000 millones este año a US$5000 millones en el próximo. Los mercados financieros han visto con buenos ojos mucho del ajuste que ha hecho el nuevo gobierno, que tenía un punto de partida bastante complicado cuando asumió, pero también ven que va a estar muy difícil cumplir con todos los pagos de deuda”, dijo.
Asimismo, el directivo señaló que un punto que añade incertidumbre es que la acumulación de reservas que se empezó a dar durante el primer trimestre del año se ha ralentizado. “Por eso, los mercados financieros están preocupados porque va a tener que haber algún tipo de reestructuración de la deuda externa”, subrayó.
En este sentido, afirmó que en el escenario base de Moody’s –por el cual aún no han movido la calificación de riesgo y la mantienen en un nivel bastante bajo– es de una alta probabilidad que se de algún tipo de renegociación o intercambio de deuda, como el que se vio en el mercado doméstico. “Allí se han dado varios swaps de deuda interna que han generado pérdidas y nuestra expectativa, y creo que la de los mercados financieros también, es que se produzca algo similar con la deuda externa”, opinó su vicepresidente.
Desde el punto de vista de Moody’s, los ojos financieros externos están “bastante apretados”, porque, según explicó Reusche, los flujos de dólares con los que se maneja la Argentina son muy ajustados. “Recibe flujos por aproximadamente US$100.000 millones al año –producto de exportaciones, inversiones, etcétera–, y el flujo de salida –importaciones, pagos de todo tipo y salidas de capital– asciende a US$100.000 millones; entonces, hay un margen muy acotado para poder costear todo lo que se necesita”, remarcó.
Reusche reconoció el ajuste fiscal que hizo el Gobierno que, según dijo, no pensaban que se iba a dar. Aunque agregó: “Pero desde nuestro punto de vista lo que sorprende es la reticencia del Gobierno a volver a hacer un ajuste en el tipo de cambio. Nuestro escenario base incluía que después de la devaluación de diciembre de 2023 se debería dar otra este año para cerrar la brecha entre el dólar paralelo y el oficial. Sin embargo, el Gobierno ha estado bastante insistente en que no va abandonar el crawling peg que fijó, de 2% mensual.
LA NACION