Dos conductores con auto diplomático ruso se negaron a hacerse el control de alcoholemia en el barrio porteño de Recoleta y la Policía de la Ciudad, junto con personal de la Federal, debieron acudir al lugar. A más de una hora del operativo, ambos fueron escoltados hasta la Embajada de Rusia donde se les realizará un acta y el respectivo examen.
Según las primeras informaciones, primero fue detenido en el control uno de los hombres, que dijo ser “diplomático”, no quiso presentar los papeles de su auto, así como tampoco someterse al control de alcoholemia que se estaba llevando a cabo en el marco de los operativos por Nochebuena y Navidad. Luego apareció un segundo conductor y alegó los mismos argumentos. Cada uno se atrincheró en su respectivo auto y las imágenes los mostraban bebiendo agua.
En este marco, personal de Tránsito debió llamar a efectivos de la Policía de la Ciudad para que participe del operativo contra el conductor. Minutos después un agente de la Policía Federal se presentó en la inspección.
Desde el comienzo del procedimiento los conductores estuvieron atrincherados en su vehículo y no prestaron voluntad en salir.
El operativo se convirtió en un escándalo y después de varias comunicaciones entre las autoridades nacionales y de la Embajada, el Ministerio de Seguridad y Cancillería “enviaron al departamento de Seguridad Diplomática de la PFA para hacerse cargo y cumplir con la Convención de Viena y la leyes que rigen las relaciones diplomáticas”.