Una nena de apenas 7 años murió calcinada en un incendio ocurrido en una vivienda miserable de La Chimbera, 25 de Mayo. Pero detrás de la tragedia aparece una historia siniestra: la madre de la víctima está metida hasta el cuello en una banda de narcos que metía droga en la cárcel para revenderla a precio de oro entre los propios presos.
La fiscalía ya había detectado movimientos de plata por casi 600 millones de pesos en un solo año, manejados por esta organización criminal. El incendio se desató cerca de las 00.30 en la casa de Danisa Aveiro (24), la misma mujer que hace apenas días había quedado en la mira por su papel en la red delictiva. La sospecha es brutal y clara: las llamas pudieron haber sido prendidas de forma intencional, como un ajuste de cuentas mafioso.
El caso lo investiga el fiscal Sebastián Gómez, de la UFI de Delitos Especiales, pero serán los peritajes de Bomberos los que confirmarán si se trató de un incendio provocado o de una supuesta “falla” eléctrica o de calefacción.
Aveiro, que sobrevivió al fuego junto a su hijo de 1 año, había quedado señalada el lunes pasado como pieza clave en la trama narco. Según la investigación que lleva adelante el fiscal federal Fernando Alcaraz, ella abastecía de droga a su pareja, Cristian Jesús Latorre, preso en el Penal. La ruta del dinero sucio termina en nombres pesados: Leonardo Jesús Arias y Sebastián Humberto Tobal, este último un criminal con 20 años de condena por haber ejecutado en 2015 a Ángel “Huevito” Amado en el Parque de Mayo.
La lista de mujeres cómplices que metían droga en el Penal incluye a María Fernanda Ormeño, que lo hacía para su pareja Tobal; Rocío Rojas, vinculada a otro Ormeño preso, Carlos Alberto; y Sonia Graciela Ontiveros, investigada junto a su hijo detenido, Franco Mario Escoda.
También figuran en la trama los nombres de Ricardo David Morales y Gustavo Martín Chávez Ganga. El juez Leopoldo Rago Gallo ya dictó 90 días de prisión preventiva para seis de los imputados alojados en el Penal y para los hombres capturados en múltiples allanamientos. Las mujeres, salvo Rojas que está embarazada, accedieron al beneficio de la prisión domiciliaria.
Mientras tanto, la pregunta más cruda sigue flotando: ¿la muerte de la nena fue una tragedia accidental o la víctima inocente de una venganza mafiosa?

