Economista y exministro de Educación, Juan José Llach, falleció anoche a los 81 años. Licenciado en Sociología por la Universidad Católica Argentina (UCA) y en Economía por la Universidad de Buenos Aires (UBA), recibió dos premios Konex, en 1996 y 1998, en reconocimiento a su trabajo.
Llach, que nació el 7 de febrero de 1944, tuvo varios pasos por la función pública. Fue secretario de Programación Económica de la Nación entre 1991 y 1996, durante la presidencia de Carlos Menem. Luego, ocupó el cargo de ministro de Educación, entre 1999 y 2000, durante la presidencia de Fernando de la Rúa.
“Tenerlo como consejero desde mis primeras incursiones en la función pública y en la política y ya en el Ministerio de Economía como secretario de Programación Económica y virtual viceministro, fue para mí una bendición. Cada vez que tenía una duda sobre mi interpretación de los acontecimientos, conversar con él era como prender la luz en medio de la oscuridad”, aseguró Domingo Cavallo en su blog, y agregó: “No tengo dudas en calificarlo como el economista y sociólogo argentino con la visión más integral de los defectos de nuestra organización social, no solo en materia económica, sino en todos los aspectos de la realidad”.
Llach era profesor y director del GESE (Centro de Estudios de Gobierno, Empresa, Sociedad y Economía) del IAE-Universidad Austral. También fue investigador del Conicet, del Instituto Di Tella y profesor de Economía y Sociología de la UBA. Integraba las Academias Nacionales de Ciencias Económicas y de Educación, la Academia Pontificia de Ciencias Sociales y el Consejo Nacional de Calidad de la Educación, además de ser columnista de LA NACION.
Fue autor de 40 trabajos académicos sobre economía, historia y educación, y seis libros, entre ellos, Reconstrucción o estancamiento (1987); Otro siglo, otra Argentina (1997); Educación para todos, con Silvia Montoya y Flavia Roldán (1999), y El desafío de la equidad educativa (2006), con Silvina Gvirtz y un equipo de colaboradores.
“Era un escritor muy fecundo, interesado en los aspectos económicos de la educación. Su libro Educación para todos tenía una mirada sobre el funcionamiento del sistema educativo con una base económica”, explicó Eduardo Fracchia, profesor titular del área de Economía y Finanzas del IAE Business School.
Gracias a la colaboración de sus colegas en esa casa de estudios, Llach acababa de publicar un libro sobre productividad inclusiva, que combinaba sus intereses por el desarrollo económico y por la educación. “Creo que fue un ejemplo de cuánto un intelectual puede involucrarse con los problemas concretos, y de la amplitud metodológica que hay que tener para abordarlos”, sumó un allegado al sociólogo y economista.
Fernando Fragueiro, director de la Cátedra de Liderazgo Empresarial, exdecano del IAE Business School y exrector de la Universidad Austral, destacó, en tanto, que Llach construía puentes entre el ámbito privado y público.
“Cuando me enteré de que había renunciado al Ministerio de Educación, lo llamé y siempre bromeábamos acerca de que lo había contratado por el diario. Y la verdad es que no es fácil que una persona con su recorrido sintonizara tan bien con una institución que estaba en pleno desarrollo y con foco en el ámbito empresarial y del management. A poco de empezar a trabajar, ayudó a construir el programa de formación de líderes de gobiernos locales y continuó con la investigación de temas como el de la productividad con inclusión, que le interesaba muchísimo”, agregó.
Por su parte, la Fundación Mediterránea envió un comunicado diciendo que lamentan profundamente el fallecimiento del destacado economista, que también fue presidente del IERAL de Fundación Mediterránea entre 1997 y 1999.
“Su legado intelectual, su vocación de servicio y su compromiso con el desarrollo del país continúan siendo una fuente de inspiración. Acompañamos con afecto a su familia, amigos y colegas en este difícil momento”, completaron.
En su última columna publicada en LA NACION, Llach se preguntaba sobre el futuro del gobierno de Javier Milei. «¿Le irá bien a Milei? Más allá de los deseos, lo mejor para la patria y, sobre todo, para los más pobres, es que Milei, al menos, no fracase», escribió, y planteó: “Para lograrlo es clave reducir sustancialmente la inflación, que los empresarios inviertan sin prebendas y, muy importante, que se reduzcan, con tales políticas, la evasión impositiva, la indigencia y la pobreza. En tal contexto, nuestra Argentina volverá a crecer”.
Estaba casado con Magdalena Estrugamou y era padre de cuatro hijos: Federico, Felipe, Lucas y Santiago.