La naturaleza volvió a recordarnos, de forma trágica, quién manda en el distrito de Huanacache. Un hombre perdió la vida en la madrugada del domingo 26 de enero tras ser arrastrado por la creciente. Aunque los equipos de emergencia hicieron todo lo posible por evitar un desenlace fatal, el río fue más rápido.
Después de una intensa búsqueda, el cuerpo fue hallado horas más tarde, dejando a la comunidad con una mezcla de dolor y resignación. Una vez más, la imprevisibilidad de los fenómenos naturales pone a prueba la capacidad de reacción de las autoridades y la preparación de los vecinos.
¿Era evitable? Quizás sí, quizás no. Lo cierto es que el agua no perdona y, como dice el dicho popular, «el río no sabe de horarios ni calendarios».