¿Te acordás cuando te decían en la escuela que la Justicia era el tercer poder del Estado y que garantizaba la independencia y el equilibrio democrático? Bueno, olvidate. Ahora se maneja como un Black Friday: si el Congreso no te da los votos, te lo llevas igual con un cupón de descuento.
En la última jugada de su reality show de gobierno (próximamente en Netflix como “Milei: el libertario que usa las páginas de la Constitución para levantar la caca de los perritos”), el presidente decidió que, si el Senado no quiere aprobar a sus jueces, los mete igual, pero por decreto. Como quien hace una compra por internet: agregas a Lijo y a García Mansilla al carrito, seleccionas envío urgente, y listo, en 24 horas están en la Corte.
¿Que la Constitución dice que los jueces deben pasar por el Senado? ¡Qué antigüedad! Eso era antes, cuando la política no era un monólogo de TikTok con referencias a que Julia Roberts gusta de Sergio Eiben, y él no le da bola. Ahora estamos en la era de Milei, donde los decretos llueven más que los $Libracoins (a los favorecidos) en un videoclip de rapero yankee, de raza negra y gordo.
Y ojo, porque estos jueces son como un alquiler temporario: en diciembre se les vence el contrato, pero si Milei sigue con ganas, los vuelve a meter. Así nomás. Sin recibo de sueldo ni garantía propietaria. Un año, otro año, otro más… Y así hasta que la realidad se harte y le pegue un sopapo a todo el país.
UNA CORTE POR SUSCRIPCIÓN
El nuevo sistema de justicia tiene la misma estabilidad y futuro que un kiosco de diarios en papel. La Corte funcionará con jueces «en comisión», o sea, nombrados con fecha de vencimiento. “Pero tranqui, que, si se vencen, los renovamos”, dicen desde la Casa Rosada. O sea, ahora la Justicia es como un plan de Netflix: cada diciembre hay que ver si seguimos con el mismo pack o si agregamos un juececito más.
¿Querés que el Poder Judicial tenga algo de seriedad? Bueno, anda a otro país, porque acá estamos probando un nuevo sistema que mezcla la monarquía absoluta con un delivery del Sushi Club con el Cocucha en persona entregándotelo.
JUECES, PERO QUE SEPAN INGLÉS
Ah, pero ojo, que desde el Gobierno aclararon que Lijo tiene buena relación con EE.UU. ¿Y eso qué tiene que ver? ¿Acaso ser juez de la Corte Suprema ahora requiere el postgrado de TOEFL y una visa de turista para Disney?
Es más, si seguimos con esta lógica, en la próxima tanda Milei directamente nombra jueces importados. “Che Caputín, que nos manden un paquete con tres jueces de Miami”, se le escucha decir a Karina Milei.
EL SENADO, FELIZ DE NO HACER NADA
Mientras tanto, en el Senado, la oposición y el oficialismo está con la misma energía de un lunes a la mañana. “¿Tenemos que hacer algo?”, preguntaron algunos senadores (¿incluidos los de San Juan?), mientras practicaban la disciplina del Dalai Lama en modo «descansarum premium», casi tan al cuete como Faro en la ruta a Chepes.
Gobernadores, que hace dos meses no sabían dónde quedaba el Congreso, ahora están todos indignados. Claro, antes miraban para otro lado, pero cuando vieron que Milei también les serrucho los fondos, de repente se acordaron de que existe la Constitución, y que hay gente, ..si! Seres humanos que habitan sus provincias!.
LA OPOSICIÓN Y SU TRADICIONAL INUTILIDAD
El peronismo se queja, pero no tiene votos para frenarlo, (en realidad tiene que cumplir el acuerdo para salvar de las condenas a los Kirchner). La UCR de Lousteau y los radicales, se indignan con toda la furia, escriben un comunicado épico, con palabras como “institucionalidad” y “república”, lo suben a Twitter… y después una siesta viene bien. A veces da la sensación de que la lucha de la UCR es contra la alarma del despertador. Capaz que los radicales no constituyen un partido, sino un club de siesteros con buena redacción. ¡Ojo! No descartemos que los radicales entre comunicado y comunicado se organicen para pedir café descafeinado, no vaya a ser cosa que la adrenalina les dure hasta la cena. Que lejos quedaron los tiempos de Balbín y Alfonsín. Y los libertarios… bueno, los libertarios están ocupados armando un Coin para explicar por qué la Justicia no debería existir.
Ojo, que esta jugada de Milei ya la hizo Macri en su momento. Pero claro, Macri después reculó porque alguien le explicó que no podía manejar el país como su grupo de WhatsApp de amigos pelotudos del Newman. Milei, en cambio, sigue convencido de que si la Constitución le molesta, la puede usar para envolver la punta de espalda del domingo.
JUECES CON DURACIÓN LIMITADA, COMO UN SORTEO DEL QUINI 6 DE RIVERITO.
La democracia argentina se convirtió en un experimento sociológico: jueces que duran un año, gobernadores que se enteran ahora que existen las leyes, y que están en default como el garca de La Rioja, y un presidente que gobierna a los gritos y a los decretos.
Pero bueno, hay que admitirlo: este quilombo tiene algo de entretenido. Es como ver un tren descarrilando en cámara lenta. Sabes que el final es catastrófico, pero no podes dejar de mirar.
Ahora, si me disculpan, me voy a pedir un juez de la Corte on the rocks por Pedidos Ya. Porque si Milei puede, ¿por qué yo no?…