Francia está conmovida por un crimen de odio e islamofobia en la mezquita Khadidja, en La Grand Combe, Aboukabar Cissé, un joven albañil de 22 años nacido en Mali, fue brutalmente atacado el viernes, con un cuchillo, en esta pequeña localidad de las Cevenes, a 60 kilómetros de Nimes. Murió por las 40 puñaladas que le dio Olivier H, un francés de origen bosnio, que se entregó este lunes a la policía, tras huir a Italia el fin de semana.
El hombre de 20 años, sospechoso de apuñalar a muerte a Aboukabar, fue arrestado y será transferido a Francia próximamente. Fue tres días después de que el asesinato conmocionara a los musulmanes franceses, los sumergiera en una ola de temores e impulsara al presidente Macron a condenar este crimen islamofóbico.
Olivier H se entregó en una comisaría de policía en Pistoia, cerca de Florencia. El sospechoso filmó a Aboubakar Cissé, la víctima, mientras agonizaba con más de 40 puñaladas en la mezquita, en un pueblito en las colinas de Cévennes, al norte de Nimes.
Según AFP, el asesino, publicó un video en una red social, justo antes de cometer su crimen. En esta escena, supuestamente hizo comentarios islamofóbicos.
Marcha silenciosa
Una marcha silenciosa se organizó el domingo en el pueblito en homenaje a Aboukabar. Para muchos manifestantes presentes, musulmanes o no, el asesinato perpetrado el viernes no fue otra cosa que un «crimen islamofóbico».
Con una rama de olivo en la mano izquierda, Marjorie, que llegó de un pueblo vecino a la marcha, no tiene dudas al respecto. «Vine a rendir homenaje a este joven, que murió postrado, cuando rezaba», dice. “Esto es chocante para mí, que asisto a una mezquita. Vine a denunciar la creciente islamofobia en este país, que me asusta”.
“¡Es un crimen islamofóbico!”, responde una mujer entre la multitud mientras un hombre, a su vez, habla en las escaleras del ayuntamiento para denunciar los crímenes perpetrados en Palestina. La marcha por Aboubakar se convirtió en una manifestación contra la islamofobia.
La islamofobia en Francia
Abdelkrim Grini, fiscal de Alès, la ciudad grande más cercana, declaró que estaba investigando bajo la premisa de que el asesinato fue un crimen de odio. La policía afirmó que el presunto atacante era un aficionado a los videojuegos, que vivía de la prestación social mínima del estado, y no tenía ninguna conexión con la mezquita ni con el islam.
Identificado únicamente como Olivier, el atacante nació en Francia en 2004 y está desempleado sin antecedentes penales. Grini afirmó que era «extremadamente peligroso» y que era «esencial» su arresto antes de que se cobrara más víctimas.
Los musulmanes tienen miedo. Piensan que persiguen su estilo de vida, su forma de vestir, su velo, y su comida. No se sienten seguros.
Mas de 5,4 millones de franceses son musulmanes. El islam es considerado la segunda religión en Francia, después del cristianismo. Con una población francesa de 68 millones de personas, los musulmanes representan el 8 por ciento de la población del país.

Bruno Retailleau, ministro del Interior, felicitó al fiscal y a la policía por la exitosa conclusión de una investigación, en la que participaron 75 agentes.
Olivier, el sospechoso, era considerado “extremadamente peligroso” debido a sus afirmaciones, en un espantoso video publicado en redes sociales, en el que afirmaba que odiaba a los musulmanes y aspiraba a convertirse en un asesino en serie, según Retailleau.
El ministro acudió el domingo al lugar del crimen en la deprimida antigua ciudad minera de carbón, con una alta población musulmana, después de que cientos de personas participaran en la marcha silenciosa en memoria de Cissé.
El asesinato ha conmocionado a La Grand Combe, una de las ciudades más pobres de Francia, cuya población de 5.000 habitantes está compuesta principalmente por descendientes de inmigrantes musulmanes, que se asentaron allí atraídos por las minas de carbón.
Cissé, quien recientemente se había graduado como albañil, fue descripto como un pilar trabajador de la pequeña congregación local.
Las declaraciones de Macron
El presidente Macron expresó sus condolencias y ofreció su apoyo a «nuestros conciudadanos musulmanes», en una publicación en X. Añadió: «El racismo y el odio basados en la religión no tienen cabida en Francia. La libertad de culto no puede ser violada«.
François Bayrou, el primer ministro, ya había denunciado lo que describió como una «atrocidad islamófoba». «Apoyamos a los seres queridos de la víctima, a los creyentes que están tan conmocionados» dijo el `premier.
Una comunidad en alerta
Los líderes musulmanes lamentaron lo que, según ellos, fue “una incapacidad de las autoridades para comprender el grado de odio y violencia que enfrenta su comunidad”.

Activistas antirracistas han criticado al gobierno por no reaccionar con la misma indignación que aplica a los asesinatos cometidos por musulmanes. Dominique Sopo, director del grupo activista SOS Racismo, acusó a Retailleau de eludir su deber de denunciar el asesinato.
“Es el ministro encargado de las actividades religiosas. Pero cuando se sabe que este crimen está, al menos en parte, motivado por el odio hacia los musulmanes, se impone un silencio ensordecedor”, declaró en la radio France Info.
El Consejo Francés de la Fe Musulmana se declaró “horrorizado” por el “ataque terrorista antimusulmán” e instó a los musulmanes en Francia a mantenerse “extremadamente alertas”.
Macron declaró tras el ataque que “no hay lugar para el racismo” en Francia.
El Consejo Representativo de Instituciones Judías de Francia declaró: “El asesinato de un fiel en una mezquita es un crimen despreciable que debe indignar a todos los franceses”.
Ser musulmán
El líder de La Francia Insumisa (LFI) Jean Luc Mélenchon fue interpelado por una joven musulmana durante la manifestación en París en homenaje a Aboubakar Cissé.
«Señor Mélenchon, los musulmanes ya no nos sentimos seguros», exclamó la joven, dirigiéndose al líder de Francia Insumisa. «Nos vamos con mariposas en el estómago. Ya no nos sentimos seguros en absoluto. Hemos cruzado una línea roja», dijo, visiblemente conmovida.

Una emoción compartida por Jean-Luc Mélenchon, quien, con los ojos enrojecidos, respondió: “Por supuesto, señora, permítame besarla o estrecharle la mano”, pasando sus palabras a la acción y tomando a la mujer en sus brazos. «Tenemos miedo, señor Mélenchon. Todos los musulmanes tienen miedo, señor Mélenchon», añadió la joven entre lágrimas.
Mélenchon también intervino en la manifestación para denunciar el clima político islamófobo, que, según el líder Insumiso, fue responsable del asesinato de Aboubakar Cissé.

«Se mantuvo, se cultivó, una atmósfera, un clima islamófobo durante meses. Y todos, hasta los más altos oficiales, se sintieron autorizados a hacer declaraciones, cuyo alcance y violencia para quienes tuvieron que soportarlas, sin duda no apreciaron», declaró Jean-Luc Mélenchon a la prensa, dirigiéndose al ministro Bruno Retailleau.
«Cuando el ministro del Interior, en una reunión (el 27 de marzo, durante una manifestación contra el islamismo), dijo: ‘abajo el velo’, ¿podemos imaginar que alguien gritara ‘abajo los crucifijos’?», se preguntó. «Cuando se mantiene una atmósfera así, no debemos esperar otra cosa que las mentes más perturbadas encuentren justificación a sus acciones», añadió.
Bruno Retailleau, criticado por su lenta reacción ante el asesinato de Aboubakar Cissé, no asistió a la manifestación, argumentando que los Insumisos estaban «explotando este crimen».