Argentina sufrió más de lo esperado, pero a fin de cuentas logró su objetivo en el debut de Javier Frana como capitán. Venció 3-2 a Noruega por los Qualifiers 2025 de la Copa Davis, con una sufrida victoria de Mariano Navone -otro debutante en la competencia- ante el sorpresivo Nicolai Budkov Kjaer, y en septiembre se jugará mano a mano con Países Bajos el pase a las Finales de la competencia.
«Es una serie incómoda, difícil. Del otro lado está uno de los mejores del mundo y eso es siempre una complicación. Los jugadores vienen de Australia, algunos pasaron por Buenos Aires… Vamos a jugar bajo techo con un frío de locos, el cambio horario… Requiere de mucha concentración”, había anticipado Frana en diálogo con Clarín, con cautela a pesar de que el rival tuviera tan sólo un jugador entre los primeros 200 de los rankings ATP de singles y dobles. Y así fue desde un primer momento.
Los primeros en saltar a la cancha del Fjellhamar Arena ubicado en las afueras de Oslo fueron Tomás Etcheverry, el número 42 del mundo, y Budkov Kjaer (506°), joven talento de 18 años que fue número 1 Junior y campeón de Wimbledon en esa categoría. Toda la presión estaba sobre Etcheverry por la abismal diferencia en el ranking, pero también porque Noruega parecía tener asegurados dos puntos con el poderío de Casper Ruud (5°). Entonces, no había margen de error.
Ese contexto, quizás, explica que al platense de 25 años se lo haya notado algo tenso ante un rival que, por el contrario, jugó suelto, sin nada que perder y que mostró gran habilidad para generar tiros ganadores desde la línea de base, especialmente con su revés. El resultado: una batalla de tres horas y 49 minutos de juego que se resolvió en favor del argentino por 7-5, 2-6 y 7-6.
«No esperaba que él jugara así. Igualmente, yo lo dejé entrar en partido. Me costó mucho. Las subidas a la red no fueron buenas y erré pelotas que no erro normalmente. A veces pasa esto, sobre todo en la Davis, en la que uno está más presionado, pero había que ganar porque era un partido muy importante y estoy feliz de poder llevar este punto a Argentina», analizó Etcheverry tras la victoria. «Lo gané con el corazón. En la Davis, lo importante es ganar como sea», agregó.
Etcheverry estuvo con quiebre en contra en el set decisivo y quedó cerca de sufrir una inesperada derrota ante a un jugador que, más allá de su enorme talento y todo lo que promete a futuro, no deja de ser el 508 del mundo. Cualquier otro escenario que no fuera la victoria, iba a dejar a Tomy como el villano en esta historia y podía sentenciar al equipo argentino. Finalmente, sacó el partido adelante con mucho trabajo y lo festejó como si acabara de ganar un Grand Slam.
Otra de las notas positivas fue el regreso de Horacio Zeballos después de dos años sin jugar la Copa Davis como consecuencia de la relación conflictiva con Guillermo Coria, el anterior capitán. En el dobles se dio la lógica. El marplatense, ex número 1 del mundo en la especialidad, y Andres Molteni (22°) vencieron por 6-2 y 7-6 a Ruud y Viktor Durasovic para poner el 2-1 parcial en la serie. Los dos argentinos, amigos de la infancia que juntos ganaron dos títulos ATP -Atlanta 2016 y Buenos Aires 2018-, se aprovecharon de las fragilidades de dos jugadores cuya especialidad es el singles y se llevaron la victoria sin mayores complicaciones.
«Me sentía un león enjaulado: abrieron la cancha y salí a la cancha a dar lo mejor que tenía en mi. Extrañaba jugar la Davis y extrañaba competir, porque este es el primer partido del año para mi. Tenía muchas ganas de entrar y hacerlo lo mejor posible. Por suerte, nos sentimos cómodos desde el primer punto. Trabajamos toda la semana en una estrategia que hoy pudimos hacer y eso fue muy satisfactorio», dijo Zeballos, quien encontró en el catalán Marcel Granollers a su compañero ideal y se posiciona como el mejor doblista argentino de la historia.
«Ojalá que esta victoria sea muy importante para lo que queda, que sea un granito de arena para que Argentina se quede con la serie. Estamos contentos de haber jugado un muy buen partido y ahora a esperar por Tomy (Etcheverry), que saltará a la cancha y esperamos que lo haga de la mejor manera», había dicho en primera instancia Molteni. Finalmente, Etcheverry no pudo contra Ruud, quien mostró la chapa de triple finalista de Grand Slam y superó con autoridad los dos singles.
Todo debía definirse en el quinto punto entre Navone y Budkov Kjaer y allí el chico de 18 años volvió a demostrar que tiene el tenis para convertirse en uno de los grandes talentos del futuro, más allá de que lógicamente tiene todavía mucho por mejorar en la parte física y también en lo mental. Como con Etcheverry, también hizo sufrir a Navone. Se quedó con el primer set y llegó a estar con doble quiebre en el tercero, pero finalmente el argentino se llevó la victoria por 4-6, 6-3 y 6-4 y finalizó su primera serie de Copa Davis dejándose caer al suelo y con una sonrisa que todavía no se le borra.
“¡Mirá lo que es esto! Los argentinos somos así, somos pasionales”, dijo Navone en la entrevista post partido en inglés señalando al público argentino presente en Oslo. “Nunca sentí algo así. Es el día más feliz de mi vida», concluyó y se fue a seguir festejando. Argentina ya tendrá tiempo para pensar en Países Bajos.