Minas Argentinas, operadora de Gualcamayo, presentó en noviembre del año pasado un proyecto que implica una inversión histórica de USD 1.000 millones, con el foco puesto en el desarrollo del proyecto Carbonatos Profundos (DCP). Esta iniciativa prevé la construcción de una nueva mina subterránea, con capacidad de procesar entre 3.500 y 4.000 toneladas diarias, lo que permitiría producir alrededor de 120.000 onzas de oro anuales durante al menos 17 años.
El estudio de factibilidad y las ingenierías necesarias estarán finalizados este año lo que daría paso a la construcción de la nueva infraestructura. Se estima que esta fase generará aproximadamente 1.000 puestos de trabajo, mientras que la operación sumará otros 400 empleos.
Con el anuncio en el gobierno local celebraron que la mina no solo continuará operativa, sino que extenderá su vida útil hasta 2046, con una proyección total que alcanzará el año 2059. Además, destacaron la incorporación de energías renovables y la producción local de cal como factores clave para optimizar la operación.
Aunque los motivos exactos de la visita de Orrego no fueron revelados, hay bastante inquietud en el sector empresario minero para que aceleren la aprobación de los proyectos del régimen.