En plena campaña porteña, Mauricio “el ingeniero zen” Macri salió a prender fuego el escenario, pero no con propuestas, no señor: con terapia de grupo. Dijo que en sus reuniones con Javier Milei, “el León se agarraba de la mesa y temblaba”. No quedó claro si temblaba por ansiedad, por abstinencia de Red Bull, o porque Karina le estaba leyendo un Excel con números reales.
Sí, Milei temblando como si fuera una bandeja de gelatina en medio de un terremoto, mientras Macri lo miraba como un profe de yoga que ya lo vio todo: desde la inflación hasta Dujovne con cara de esperanza.
«Empiecen a barrer por casa», dijo Mauricio, tirando escobazos verbales.
Y no era para menos: el exPresidente está recaliente porque Karina Milei, también conocida como “La Jefa que no sonríe”, le cortó el chorro de la alianza PRO-LLA en la Ciudad sin siquiera mandarle un sticker de WhatsApp. Un ghosteo político nivel experto.
“Bancamos los trapos todo el 2024”, dijo Macri, como un ex despechado que te recuerda que te prestó el cargador y nunca se lo devolviste.
TRANSPARENCIA SEGÚN MACRI: “¡Fuimos récord!”
Sacó el boletín como si fuera el nene aplicado del curso:
“Del puesto 105 al 66 en el ranking de transparencia.”
¡Una locura, maestro! Subieron como bitcoin en 2021.
Después vino Alberto y devolvimos el diploma. Y ahora, con Milei, ni fu ni fa: están tan estancados que el ranking se aburre de mirarlos.
¿Y los ‘negocios’ en la Ciudad?
El León acusa al PRO de cuidar “negocios” turbios. Pero Macri responde cual monje tibetano con título de contador:
“Acá se hizo todo con transparencia y competencia… ¡como Dios y el Excel mandan!”
Claro, no es choreo si se firma con factura A, ¿no?
Mientras tanto, Lospennato polariza, Santoro resiste y Adorni… crece.
Sí, Adorni, el exvocero que ahora va de candidato como quien pasa de DJ en cumpleaños a presidente del consorcio. ¿Quién te dice? En este país cualquiera puede ser intendente si aprendió a hablar sin decir nada en 30 segundos.
CONCLUSIÓN: 2027 está lejos, pero la rosca ya huele a fritanga.
Macri trae nostalgia, Milei trae temblores, y Karina Milei trae la tijera. En la Ciudad, el PRO y LLA están jugando al “te apoyo pero te pego”, una versión política del Tinder con traumas.
Prepárense: se vienen meses de spots, promesas, traiciones y frases que ningún guionista de Netflix se animaría a escribir. ¡Y eso que ellos trabajan con dragones!