El misterio y el horror se apoderaron de un edificio en la Costa del Sol cuando un hombre y su hija de 11 años realizaron un hallazgo escalofriante. Al forzar la cerradura de un departamento en Málaga con el objetivo de tomar la propiedad de manera ilegal, se toparon con el cuerpo momificado de una mujer que estaba muerta desde hace 14 años. La impactante escena los llevó a huir del lugar y alertar a los vecinos. Así se desató una investigación que ahora busca esclarecer qué ocurrió en esa vivienda abandonada por más de una década.
Según revelaron en el medio Daily Mail, investigadores confirmaron que el cuerpo hallado en el lugar había alcanzado el estado de esqueletización, la fase final de la descomposición en la que los tejidos blandos desaparecen casi por completo, dejando solo los restos óseos expuestos. Los primeros análisis forenses determinaron que la muerte ocurrió hace aproximadamente 14 años, lo que coincide con la desaparición de una mujer española que, según las sospechas, tenía alrededor de 85 años y falleció poco después de la muerte de su esposo. Sin embargo, su identidad aún no fue confirmada oficialmente.
Actualmente, las autoridades intentan dar con familiares de la fallecida para establecer su identidad de manera definitiva y esclarecer las circunstancias de su muerte. Cabe destacar que el edificio en el que fue encontrado el cuerpo se caracteriza por un alto movimiento de residentes, lo que podría haber contribuido a que el hallazgo tardara tantos años en salir a la luz.
Según fuentes policiales, un factor que habría ayudado a retrasar el descubrimiento del cadáver fue que las ventanas del departamento permanecieron abiertas durante todo este tiempo. Esto habría reducido la intensidad del olor característico de la descomposición, evitando así que los vecinos notaran algo inusual en la vivienda.
Por lo que dieron a conocer en el medio antes mencionado, el hallazgo del cuerpo momificado de una mujer en la Costa del Sol, después de 14 años de haber sido dada por muerta, no es un caso aislado. A lo largo de los años, se reportaron múltiples situaciones similares en distintas partes de Europa, donde personas fallecen en la soledad de sus hogares sin que nadie note su ausencia durante largos períodos de tiempo.
Uno de los episodios más recientes ocurrió en abril de 2023 en Linda-a-Velha, Portugal, donde los bomberos y la policía encontraron los cadáveres momificados de un hombre y su hija en su departamento. La mujer, identificada solo como Anabela, habría muerto apenas una semana antes, después de haber convivido durante 15 años con el cuerpo de su padre fallecido. Algo similar sucedió en mayo de 2021 en el barrio de Fuencarral, en Madrid, cuando la policía descubrió el cuerpo en descomposición de Clara Inés Tobón, quien llevaba meses muerta en su vivienda, rodeada por sus gatos, algunos de los cuales también fallecieron por falta de alimento.
En otros casos, los fallecidos convivieron con sus mascotas, quienes lograron sobrevivir en condiciones extremas. En septiembre de 2019, en Ciudad Lineal, Madrid, un perro se mantuvo con vida durante semanas alimentándose del cadáver de su dueño, un chef de prisión de 56 años que murió a causa de un cáncer linfático. Fue una vecina quien dio aviso a las autoridades al percibir un olor putrefacto tras regresar de vacaciones. Al ingresar al domicilio, los bomberos encontraron al animal junto al cuerpo de su dueño y lo trasladaron a un refugio.
Estos impactantes casos ponen en evidencia una triste realidad: la soledad extrema en la que algunas personas pasan sus últimos días y la falta de redes de apoyo que podrían haber evitado que sus muertes pasaran desapercibidas por tanto tiempo.