La modalidad de viajes en moto ya tiene más de dos años en la Ciudad. El servicio avanza sobre todo entre un público joven que lo elige para evitar el tránsito, hacer trayectos cortos y pagar menos que el costo de un auto de aplicación. A lo que se suma la posibilidad de remediar la falta de transporte público en algunas zonas periféricas.
La modalidad llegó a Argentina a fines de 2022, con las plataformas DiDi e InDrive. Y poco después se sumó Uber, que hoy ya opera con motos en más de 30 ciudades del país, con más de 45.000 conductores.
En el caso de DiDi (según datos compartidos por la empresa), alcanzó el millón de viajes en cuatro meses. Arrancó en Ciudad de Buenos Aires y se expandió a otras siete ciudades del interior del país. La distancia promedio es inferior a los 6 kilómetros por viaje y el tiempo de traslado promedio es de entre 5 y 7 minutos. Es 50% más económico que viajar en autos de aplicación. El 25% de los viajes realizados conectan con estaciones de subte o tren.
Y el 20% de los viajes a nivel de América Latina se originan o terminan en zonas con baja cobertura de transporte público (según un estudio de la consultora Access Partnership, septiembre de 2024).
En cuanto a Uber, según los últimos datos disponibles compartidos por la empresa (2023-2024), muestran que 640.000 personas eligieron el servicio. Y las razones principales de uso, según un muestreo realizado por la empresa, son: evitar el tránsito (79%), pagar más barato (62%) y unir tramos cortos (28%, promedio de 15 minutos).
«La moto es una parte intrínseca de la movilidad de las personas en Latinoamérica. Nuestra expectativa inicial era positiva pensando en ciudades del interior del país, en donde puede haber hasta cuatro motos por cada auto. Sin embargo Buenos Aires nos sorprendió positivamente y nos ha permitido derribar mitos sobre la movilidad», le dijo a Clarín Eli Frías, Responsable de Operaciones de Uber para Argentina, Paraguay y Uruguay.
Según el mismo muestreo, entre las mujeres de 18 a 24 años, casi 5 de cada 10 considera pedir un viaje en moto a través de una app como la opción más atractiva. En Ciudad de Buenos Aires, la mayor concentración de usos del servicio se da en Palermo.
En el mismo sentido, DiDi informó que la plataforma es especialmente valorada por jóvenes y mujeres: «Actualmente, el 60% de las personas usuarias son mujeres, lo que representa un avance importante y un cambio significativo en la participación femenina dentro de la movilidad urbana», explicaron.
Los viajes en moto por apps son un 50% más baratos que los de autos. Foto DiDi
En otros países el uso de la moto está extendido a niveles inimaginables. Según un estudio de la Red Global para el Transporte Popular (GNPT, por sus siglas en inglés) en Kenia es el principal modo de transporte y en Uganda los conductores representan la segunda fuerza laboral.
Esta red global –conformada por investigadores, consultores, empresas e instituciones– busca promover un debate en torno a la movilidad económica y su importancia como parte de las redes de transporte público.
Viajes en moto: solución para el tránsito y la falta de conectividad
¿La moto es una respuesta de movilidad vinculada a la pobreza? «No necesariamente, aunque sí puede tener una correlación. Si bien es más barata que un auto de aplicación, resuelve dos temas centrales: los atascos en las grandes urbes y la conexión con la red principal de transporte -trenes, subtes, colectivos, tranvías- con barrios alejados o periurbanos», explicó a Clarín Andrea San Gil León, directiva de la GNPT.
Esto se replica en Buenos Aires, aún pese a que la red de colectivos es amplia y reconocida en nuestra región. Frías detallo que «más del 70% de los viajes de Uber suceden en la periferia de CABA. También se registran concentración de viajes intra jurisdiccional -en localidades- y entre partidos no radiales. Todo este movimiento se exacerba en el uso del servicio de motos, que termina resolviendo lo que llamamos ‘última milla’, por ejemplo llegar hasta la estación del tren. Donde no hay capilaridad, donde no penetra el transporte público, bueno, ahí la moto te resuelve».
Pilar (22) le cuenta a Clarín su experiencia con las motos: «En mi caso me resuelve un tema muy concreto porque vivo a sólo 20 cuadras de mi trabajo y no siempre tengo ganas de ir caminando o de caminar hasta la parada, esperar y subirme a un colectivo lleno. Así que lo resuelvo con la app. En mi familia jamás hubo moto, por eso fue tan impactante para todos que me subiera a una. Sigue siendo debate, mi mamá y mi papá me viven preguntando si sigo usando moto para moverme», relata la joven.
InDrive fue una de las primeras apps en ofrecer viajes en moto junto con DiDi. Foto InDrive
Al menos hasta el momento, no tuvo inconvenientes: «Los motoqueros con los que me trasladé fueron respetuosos y, sobretodo, prudentes en el manejo. Tengo claro que en el tránsito las motos son vulnerables y no tendría ninguna duda en bajarme si me sintiera incómoda», contó.
Efectivamente, y de acuerdo al último informe de siniestralidad vial de la Ciudad, los motociclistas están entre los más vulnerables del tránsito porteño, junto a peatones y ciclistas. Pero al mismo tiempo incrementan los riesgos por sus conductas.
Durante 2023, de las 104 víctimas mortales, el 47% fueron peatones y el 35% motociclistas, que además, representaron el 52% de los heridos graves y casi la mitad de los lesionados leves. Pero también son quienes adoptan las actitudes más peligrosas por su comportamiento y, sobre todo, porque son quienes más incurren en el exceso de velocidad, la principal causa de choques.
Las estadísticas nacionales están en sintonía con las locales. En todo el país, 4.027 personas perdieron la vida en incidentes de tránsito durante 2024, según las últimas cifras oficiales. Los motociclistas representaron el 46%.
Los viajes en moto por aplicación y la cuestión del casco
Volviendo al testimonio de Pilar, ella se mueve en hora pico y puede llegar a pagar un tercio del valor de un auto por aplicación. «Nunca pagué más de $ 3.000 por un viaje. Hasta ahora no usé el servicio para moverme de noche. El tema casco lo resuelvo con una cofia que tengo siempre en mi cartera», sintetizó Pilar.
El casco, un tema: su uso es obligatorio pero, con lógica, en general puede ser anti higiénico compartirlo. Algunas personas usuarias usan gorros, otras llevan su propio casco.
Alicia (50 años) aporta una mirada diferente sobre el servicio, porque si bien también lo utiliza para moverse desde su casa al trabajo, lo hace en condiciones muy diferentes a la de Pilar. Tres veces a la semana va desde su casa -en el limite sur del asentamiento Itatí, sobre calle Montevideo- hasta la estación de trenes de Don Bosco, partido de Quilmes. Son diez cuadras, sin colectivos y muy inseguras. Es empleada doméstica y trabaja en Recoleta: viaja de Don Bosco a Constitución en tren, y con la línea 10 hasta Santa Fe y Callao.
«El servicio de moto lo descubrí por mis hijas. La app me permite acordar el precio con el conductor. Jamás me hubiera imaginado moverme en moto, no lo pienso demasiado, me resuelve mucho y los conductores son vecinos del barrio, también hay chicas conduciendo», sintetizó en su testimonio.
El transporte de pasajeros de dos ruedas es incipiente en la Ciudad y aún no hay estadísticas gubernamentales sobre su desarrollo y lo que implica a nivel de la economía de las personas usuarias y de los conductores; pero además de la solución que están aportando para el público que usa esta forma de moverse. Por elección propia, o porque las redes del transporte no llegan a todos lados, las motos están ocupando un espacio en la movilidad de las personas.