Leonardo, ese conocido heredero del clan Gioja que salió a defender con voz de trueno que el peronismo sanjuanino “nunca fue kirchnerista” y que “no tiene nada que ver con La Cámpora”, verdad a medias, porque el PJ de San Juan si fue kirchnerista y es verdad que no tuvo nunca nada que ver con La Cámpora. ¿Cómo que nunca?. En el peronismo de todo el país ya se sabe que hay que despegarse ahora que la Corte le pegó el sello de “condenada” a Cristina Kirchner. En el gobierno de Marcelo Orrego los militantes dicen, «*¡Claro, ahora que Cristina está más quemada que empanada en la puerta del boliche, los Gioja se sacan la camiseta!*».
El mismo Leonardo es el único que puede decir algunas cosas, porque siempre perteneció a la línea pura del PJ ortodoxo, y entiende que la política no es un concurso de inocencia. “Acá siempre fue peronismo”, TRADUCCIÓN: «*José Luis se hacía el kirchnerista para sacarle cosas y obras tanto a Néstor como a Cristina Kirchner. el mismo es el que no dejó que La Cámpora entre a operar en San Juan*».
Pero ojo, que Leonardo no solo es un maestro del despeje político, también se avivó de la derrota del PJ en 2023 y anunció que la gran obra es “la reconstrucción del peronismo”. O sea, traducido nuevamente: “Nos dimos cuenta que perder no sirve y tenemos que armar un Consejo que funcione, con secretarías y reuniones para hablar de política…”. ¡Qué novedad! Parece que recién ahora -despues de matarse Gioja y Uñac durante casi 10 años- se dieron cuenta que gobernar no es solo sacar fotos.
Y para ponerle el toque final a la tragicomedia, aseguró que José Luis Gioja y Sergio Uñac están de acuerdo en “una lista única” para unir al peronismo local –usando el dedo eternamente de los poderosos para elegir candidatos–, aunque aclaró que “hay otras ideas”. O sea, un acuerdo bien desprolijo para que ninguno pierda su lugar y todos sigan peleando como hermanos por el último pedazo de torta.
En resumen: los Gioja se sacan la camiseta kirchnerista porque el fuego quema, pero siguen con la mística de siempre: mucho discurso, cambio generacional que apura, y un eterno reparto de sillas en la mesa del poder.