En una emotiva misa en homenaje al fallecido papa Francisco, que contó con la presencia de dirigentes de todo el arco político, el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, recordó al Sumo Pontífice y dijo que «lloramos porque se murió el padre de todos».
«El evangelio de hoy nos dice que los que habían acompañado a Jesús estaban afligidos y lloraban. Como nosotros hoy, lloramos porque no queremos que la muerte gane, lloramos porque se murió el padre de todos, lloramos porque ya sentimos en el corazón su ausencia física», expresó García Cuerva desde las escalinatas de la Catedral Metropolitana.
Durante su homilía, el arzobispo continuó: «Lloramos porque nos sentimos huérfanos, lloramos porque no terminamos de comprender ni de dimensionar su liderazgo mundial«.
«Lloramos porque ya lo extrañamos mucho y no queremos que nos pase lo que cantaba Carlos Gardel en uno de sus tangos: ‘las lagrimas taimadas se niegan a brotar y no tengo el consuelo de poder llorar'», enfatizó García Cuerva ante un público variopinto que incluyó a la vicepresidenta Victoria Villarruel; al jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri; y el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, entre otros dirigentes políticos.
El clima de unidad que se vivió durante la misa en homenaje al Sumo Pontífice quedó ejemplificado en el saludo que protagonizaron Kicillof y Villarruel, quienes dejaron de lado sus diferencias políticas por algunas horas y se saludaron en la escalinata de la Catedral Metropolitana.