El Gobierno provincial puso primera y arrancó oficialmente la aplicación de la nueva Ley de Transporte. Sí, esa que viene a decirle adiós a las licencias eternas, a los papeles amarillos y al “siempre se hizo así”. Después de años de reclamos, parches, discusiones de café y leyes que parecían escritas con tintero y pluma, San Juan decidió entrar al siglo XXI. El objetivo: ordenar taxis, apps y colectivos para que todos sepan quién maneja, qué maneja y hacia dónde va.
Uno de los cambios estrella es el fin del negocio de las licencias. Ese sistema donde algunos no manejaban autos pero sí manejaban precios quedó oficialmente jubilado.
Ahora: No se paga más para poder trabajar. El registro es personal e intransferible (como el DNI, pero sin foto fea). El ingreso es libre… aunque con requisitos, porque esto no es “Rápido y Furioso”. El secretario Marcelo Molina fue claro: “Ese negocio se terminó”.
La ley pone reglas para los vehículos: Antigüedad máxima (chau reliquias). Revisión Técnica Obligatoria (sí, obligatoria de verdad). Seguro específico. Autos de cinco puertas (porque subir gente por el asiento delantero ya no da). Además, taxis y remises se dan la mano y se unifican, porque en la práctica ya hacían lo mismo pero con distinto nombre.
Uber, Didi y compañía dejan de jugar al misterio. Ahora serán intermediarios oficialmente y el usuario podrá chequear si el conductor y el auto están habilitados antes de subir. “La responsabilidad del control será compartida”, dijo Molina. O sea: el Estado controla… y vos también mirás un poquito antes de subirte. Con el sistema de leasing, las empresas podrán renovar unidades más rápido. La idea es que los colectivos mejoren sin que el boleto se convierta en artículo de lujo. Habrá más controles, sanciones y evaluaciones por línea, con un tablero de control que antes no existía (sí, antes era más “a ojo”). El transporte de cargas también entra en orden, con registros unificados para saber qué entra y sale de la provincia. Ideal para una San Juan que se prepara para la gran mineria. La nueva ley busca ordenar, transparentar y modernizar un sistema que ya estaba pidiendo auxilio. Molina dijo que «el sueño es que el que tiene auto viaje en colectivo”. Ambicioso sueño por cierto.

