n el otoño de 1941, Hitler impuso a sus países satélites el Pacto Antikomintern, por el que se comprometían a tomar medidas contra la amenaza de los comunistas. Dinamarca hubo de ilegalizar a los suyos, que pasaron de estar mal vistos tras el ataque de los rusos a Finlandia a convertirse en mártires. Eso jugaría un papel importante en la Resistencia, porque se entendería que, pese a las diferencias políticas, había que unirse en la lucha contra el enemigo común: el nazismo. En un primer momento, los estudiantes daneses salieron a la calle y protagonizaron grandes manifestaciones. Pronto, otros jóvenes se les unieron. En 1941, Copenhague era un hervidero donde los comunistas, acostumbrados a vivir en la clandestinidad ya antes de la guerra, entraban rápidamente en acción.

Derrotar al ocupante
Alemania había ocupado Dinamarca en abril de 1940 y en los primeros tiempos, dada la escasa población judía y que consideraba a los daneses “hermanos arios”, les había concedido un buen trato. Pero a principios de 1943 eso cambió. Las victorias aliadas convencieron a los daneses de que podían derrotar al ocupante, de modo que las huelgas y los actos de violencia y sabotaje se incrementaron; tanto, que las fuerzas germanas tomaron el control, lo que provocó incidentes con las autoridades danesas. En lugar de rendirse ante las nuevas exigencias, el Gobierno danés dimitió a finales de agosto y, para centralizar las diversas organizaciones, en septiembre se creó el Consejo Libertario Danés, reconocido por los aliados. Las células clandestinas principales fueron la Hvidsten y la Holger Danske.

HISTORIA
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Fue entonces cuando se decidió iniciar la deportación de judíos. Sin embargo, algunas fuentes filtraron el plan y la comunidad hebrea fue alertada. Cuando la policía inició los arrestos, encontró a pocos judíos. De forma espontánea y con ayuda de la población civil, la Resistencia había organizado una operación de rescate.
Operación de salvamento
Con la participación del Gobierno y la policía danesa, y tras recaudar fondos con los que obtuvieron embarcaciones (desde botes y kayaks hasta grandes pesqueros de más de 20 toneladas), armas y pisos francos, ayudaron a los judíos a encontrar escondites desde los cuales poder alcanzar la costa, donde los pescadores los llevaban hasta Suecia, país neutral. Allí llegaron, en un solo mes, más de 7.000 personas a punto de ser deportadas. Gracias a esta acción coordinada por la Resistencia, sólo murieron durante el Holocausto alrededor de un centenar de judíos daneses.

En Eichmann en Jerusalén: la banalidad de mal, la politóloga Hannah Arendt se hizo eco de la Resistencia danesa, tildándola de “única entre la de todos los países de Europa, ya ocupados, ya aliados del Eje, neutrales o verdaderamente independientes”. La autora ensalza su “acción no violenta y de resistencia, ante un contrincante que tenía medios de violencia ampliamente superiores”, y añade: “En Dinamarca, todo funcionó desastrosamente para los nazis”.
Niels Bohr y la evacuación de judíos a Suecia
El danés Niels Bohr, padre de la física cuántica, resultó un apoyo esencial en el plan de evacuación de judíos daneses a Suecia. Él mismo había partido hacia el país vecino, cuyas autoridades teníanórdenes estrictas de enviarlo a Estados Unidos sin retraso para trabajar en el ultrasecreto Proyecto Manhattan, cuyo objetivo era desarrollar la primera bomba atómica antes que Alemania. Pero, cuando alcanzó la costa de Suecia y le comunicaron que debía tomar un avión que lo llevaría a América, se negó en redondo. Y comunicó a las autoridades suecas que no iría a ninguna parte hasta que no anunciasen por radio su intención de abrir las fronteras y acoger a los judíos daneses. El 30 de septiembre de 1943, convenció al rey Gustavo VI Adolfo para que hiciera pública su voluntad de ofrecer dicho asilo, y el 2 de octubre, la radio sueca emitió la declaración.

Aunque algunos historiadores ponen en duda su papel en las gestiones diplomáticas, dado que él mismo era judío, otros como Richard Rhodes, autor de The Making of the Atomic Bomb, ven su postura como esencial para que pudiera realizarse el rescate masivo. Fuera como fuese, está claro que hizo cuanto pudo por la causa.