Macri, Milei y el Pro: el reality show de los egos heridos
Mauricio Macri llega este miércoles a Buenos Aires en un viaje tan exprés que hasta el Wi-Fi del avión dura más. La misión: apagar incendios, acomodar los ladrillos flojos del Pro y de paso tirarle un guiño a Milei, el “socio incómodo” que en vez de sumar se dedica a ponerle piedras al camino… o directamente dinamitarlo.
Mientras tanto, Jorge Macri se entretiene jugando al primo preocupado, defendiendo su bastión porteño con discursos llenos de palabras bonitas como “respeto” y “unidad”. Todo muy lindo hasta que te acordás que en la interna libertaria, Milei anda acelerando sin frenos y jurando que nadie lo va a frenar, ni siquiera un Macri. “¿Unidad?”, dice Milei. “Eso es para tibios”.
El Pro en modo club de barrio
En el Zoom previo a la cumbre del miércoles, los capos del Pro debatieron temas fundamentales como si las PASO deben seguir o no, si hay que apoyar la “ficha limpia” y cuántos tweets más se necesitan para que parezca que están trabajando. Todo esto mientras Luis Juez renunció al bloque Pro y dejó el mando a Alfredo De Angeli, que seguramente se enteró por WhatsApp. “Es un cargo interino”, aclararon. Claro, como el puesto de Messi en el Inter: se lo va a quedar hasta que quiera.
Por si fuera poco, la estrategia electoral del Pro en el interior parece un catálogo de contradicciones: mientras unos quieren aliarse con los libertarios, otros prefieren reavivar Juntos por el Cambio. Es como si organizaran un casamiento y no se pusieran de acuerdo entre pollo o carne… pero con el riesgo de que al final se casen los invitados y los dejen mirando desde afuera.
Macri: ¿candidato, jefe o influencer?
Jorge Macri insiste en que su primo Mauricio debería ser candidato en la Ciudad. Total, ¿para qué innovar cuando podés reciclar? Mientras tanto, el expresidente juega al misterio, aunque todos sabemos que le gusta más una campaña que a Milei un micrófono. Además, con Milei “yendo por todo” en territorio porteño, Mauricio tiene dos opciones: postularse o pedirle a Milei que afloje con la demolición.
Milei, el acelerador sin frenos
Por su parte, Milei, el rockstar de la antipolítica, no se queda callado. Después de recibir críticas por su discurso en Davos, decidió redoblar la apuesta: “Voy a seguir acelerando y que no se pongan en mi camino”. Eso sí, parece que Milei no entiende que si chocás en cada curva, no es que manejás rápido, es que manejás mal.
En fin, la reunión del miércoles promete ser otro capítulo del culebrón político que nos tiene de rehenes. Un poco de drama, algo de comedia y muchos egos peleando por ver quién se lleva la última palabra (y el último votito). El único consenso que parece haber es que sin un acuerdo entre Pro y LLA, el peronismo va a seguir ganando. Pero, claro, ponerse de acuerdo no estaría de moda en esta temporada.
Así que acá estamos: los políticos jugando a la intriga palaciega mientras el resto miramos desde la platea, esperando que al menos este circo tenga un final explosivo. Si no hay soluciones, al menos que haya espectáculo.