Otra vez San Juan aparece en el mapa narco, y no por casualidad. En Lavalle, Mendoza, cayeron dos autos cargados: casi 3 kilos de cocaína en “ladrillos” listos para aterrizar en la provincia, $130.000 en efectivo y celulares que huelen a negocio sucio. Cuatro detenidos —dos hombres y dos mujeres— que venían derechito a dejar su veneno en nuestras calles.
¿Y por qué tanto narco apunta a San Juan? Porque acá parece que encontraron tierra fértil: controles flojos, rutas alternativas liberadas y un mercado en expansión. San Juan dejó de ser provincia tranquila para convertirse en un imán del narcotráfico. No vienen de paseo, o vienen de paso a otras provincias, o vienen porque saben que hay compradores, y logística aceitada.
El operativo de la Gendarmeria y la Federal fue quirúrgico, sí. Pero el trasfondo es más preocupante: si cada semana aparecen cargamentos rumbo a San Juan, no es azar, es sistema. El Plan Regional de Seguridad podrá tener todas las fotos oficiales que quieran, pero la realidad es que por la cantidad de cocaína decomisada, los narcos ya eligieron destino y ese destino se llama San Juan.