Las fuerzas de Israel bombardearon distintos complejos de edificios en el sur de Beirut, capital del Líbano, donde murió Hassan Nasrallah, líder de Hezbollah. Se realizaron una decena de ataques contra plataformas de misiles, edificios militares y células terroristas. El ataque duró unas dos horas y causó la muerte de seis personas y heridas a otras 91. Hezbollah confirmó la muerte de Nasrallah y prometió continuar la guerra santa contra Israel. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, interrumpió una visita a Estados Unidos para regresar a su país y anunció la movilización de más soldados reservistas ante la escalada de tensiones con Líbano.