Las fotos de los golpes de Alberto Fernández a Fabiola Yañez se convirtieron en una prueba central de la acusación contra el ex presidente por violencia de género. Ahora, con ese material que fue adjuntado al expediente principal, la Justicia planea una serie de peritajes para determinar cuando fueron tomadas y la veracidad de las mismas. Aunque los investigadores no tienen dudas, ese peritaje es importante para robustecer las pruebas contra el ex presidente.
Fabiola Yañez amplió su denuncia ante la justicia federal desde Madrid la semana pasada. En un escrito de veinte carillas, y luego en una declaración por Zoom desde el Consulado argentino en España, sostuvo haber sido víctima de «lesiones graves doblemente calificadas por el vínculo y perpetradas en el marco de violencia de género con abuso de poder y de autoridad». Tras esa declaración el fiscal Ramiro González imputó a Fernández por lesiones graves, que tiene una pena máxima de prisión efectiva.
El fiscal se se basó en el escrito y las declaraciones de Yáñez en las que explicó que las lesiones sufridas habrían dejado secuelas de daños psicológicos, que le impidieron ejercer sus funciones y su vida normal por más de 30 días. Esa temporalidad es lo que distingue un delito del otro. Cuando el daño es menor en el cuerpo o en la salud, el Código Penal establece que deben entenderse como leves.
Sobre ese mismo punto realizó una extensa enumeración de los hechos sufridos. Habló de maltratos, hostigamiento, desprecio, agresiones y golpes, que “resultaban ser una constante”. A continuación dijo que todas esas conductas por parte de Fernández, eran una “habitualidad”, lo que habrían producido “indudables secuelas de carácter psicológico”.
Con más detalles del padecimiento sufrido, la exprimera dama señaló que todo ese contexto la condujo a recibir tratamientos psicológicos y también psiquiátricos que incluyeron la prescripción de medicamentos.
Para la denunciante, la situación tiene como agravante que ese cuadro de acciones se sumaba a las lesiones que podrían entenderse como leves: golpes temporales que se observaron en las fotografías que tomaron estado público y otras que adjuntó con la denuncia Yañez.
En el extenso escrito Fabiola Yáñez dijo más. Señaló que el expresidente de la Nación a diario le pegaba cachetazos en el marco de discusiones a las que calificó como “violencia verbal”, y que en la mayoría de los casos, esa situación terminaba de la misma manera: con una bofetada incluso frente a su hijo de dos años o cuando era aún más pequeño, en habitaciones contiguas.
Frente a las imágenes que adjuntó a la denuncia, además de las que ya se encontraban dentro del expediente, la justicia no descarta pedir una pericia sobre las fotografías que tomaron estado público, para “determinar la veracidad y eventualmente la congruencia o correspondencia con otros elementos de prueba”, explicaron fuentes del caso a Clarín.
Cuando el juez federal Julián Ercolini le informó a la ex primera dama que contaba con pruebas obtenidas del celular de María Cantero, ex secretaria privada de Alberto Fernández, que la colocan como víctima de presuntos hechos de violencia. En esa ocasión, no quiso ver las imágenes ni tampoco quiso iniciar la acción.
El escenario cambió, sustancialmente, para Alberto Fernández cuando la ex primera dama resolvió el martes pasado, radicar la denuncia penal por lesiones leves en reiteradas ocasiones. En el Código Penal no existe la figura de violencia de género.
Con la manifiesta voluntad de Yañez de que se abra una causa penal, el legajo reservado se desarchivó y las imágenes que ella le envió a María Cantero que son capturas de pantalla de conversaciones que mantuvo con el ex presidente, se transformaron en las primeras pruebas del caso. Este lunes, después de que la abogada Mariana Gallego, asumió formalmente la defensa, se presentó el escrito con la ampliación de la denuncia y se adjuntaron imágenes también.
Todo podrá ser objeto de una pericia técnica. Fuentes de la causas, explicaron a Clarín que la medida busca determinar “la veracidad de las imágenes y eventualmente la congruencia o correspondencia con otros elementos de prueba como las capturas de mensaje de las conversaciones” que mantuvo Yañez con el ex presidente.
E un apartado de la denuncia presentada el lunes, la ex primera dama bajo el título de “Hostigamiento, acoso, maltrato psicológico, daño psíquico y violencia reproductiva”, dio fechas y precisó lugares.
Contó que mantenía una relación hace muchos años con Alberto Fernández y que en París, el 14 de mayo de 2016, le propuso compromiso. Ese año se mudó al departamento de Puerto Madero que según le decía el ex presidente, se lo prestaba su amigo Enrique Albistur.
En ese tramo dijo que desde la convivencia, “su hostigamiento y acoso psicológico era constante”. El maltrato ejercido por Fernández, según denunció, la obligaba a estar pendiente del teléfono celular por los reiterados llamados que él le hacía, restringiendo su círculo social, salidas con amigas o lo que ella describió como “hacer una vida normal”.
Al reconstruir la cronología de los hechos, Yañez señaló que todo comenzó hace cerca de ocho años y además de la quinta de Olivos, en el departamento de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Con estos datos el expediente podría continuar radicado en Comodoro Py y no en la justicia federal de San Isidro que es la que tiene jurisdicción sobre todo lo que transcurre en la residencia presidencial.