Atención, afiliados del PJ: si usted soñaba con votar en pantuflas y con olor a milanesa recalentada… lo siento, esta interna es VIP. Cerrada. Hermética. Blindada como valija diplomática con olor a asado del 17 de octubre.
Después de una sesión que tuvo más suspenso que final de novela turca, el Consejo Provincial Justicialista decidió que, si no hay unidad, habrá interna cerrada. Pero cerrada cerrada, como tupper viejo que ni con espátula abre.
Según fuentes en off (porque en on no te dicen ni “hola”), la idea es que nadie después ande llorando por las radios diciendo: “A mí no me dejaron competir, yo quería, pero me cortaron las piernas, como a Maradona”. No, señor. Ahora va a tener que llorar con el carné de afiliado en la mano.
El presidente del partido, Juan Carlos Quiroga Moyano —más institucional que un escudo de la Nación—, aseguró que están armando todo para “evitar que se vayan por afuera”. Traducción: si vas a romper, rompé desde adentro, como buen peronista.
Además, dejó clarito que los otros partidos del frente podrán opinar… pero hasta ahí nomás. Porque esto no es una democracia escandinava, es una reunión familiar peronista: vos podés hablar, pero la abuela (el PJ) ya decidió que se come pollo al disco, y callate la boca.
Eso sí, todo con tono de unidad. Una unidad con más tensión que juntada de ex con custodia policial. Pero unidad al fin. Y si no se logra… bueno, nos vemos en la interna cerrada, esa especie de torneo de esgrima con cuchillo de cocina.
Moraleja: en el peronismo sanjuanino, si no te gusta el juego, andá a llorar al comité… pero afiliado.