WASHINGTON.- El séptimo vuelo de prueba del cohete Starship de SpaceX terminó en fracaso el jueves, luego de que la etapa superior de la nave sufriera una falla catastrófica mientras ascendía hacia el espacio.
Sin embargo, lo que más impactó al público no fue el fallo en sí, sino los dramáticos videos que testigos compartieron en redes sociales. Las imágenes mostraban restos del cohete desintegrándose en el aire y cayendo sobre el Caribe.
La misión comenzó con optimismo. A las 17.37 (hora local), el cohete despegó desde Starbase, el centro de lanzamiento de SpaceX en Texas. La primera etapa, conocida como Super Heavy, completó su tarea inicial de atravesar las capas más densas de la atmósfera y luego regresó exitosamente al lanzamiento, donde fue atrapada por los brazos mecánicos de la torre.
Sin embargo, los problemas comenzaron poco después, cuando la etapa superior, conocida simplemente como Starship, sufrió fallos en varios de sus motores. Ocho minutos y medio después del lanzamiento, las comunicaciones con la nave se interrumpieron y confirmaron su pérdida. Kate Tice, vocera de SpaceX, anunció durante la transmisión oficial: “Podemos confirmar que perdimos la nave”.
Las redes sociales estallaron con videos que mostraban cómo los restos del cohete se desintegraban en pleno vuelo y creaba una lluvia de escombros visible desde varias localidades del Caribe. Incluso Elon Musk, fundador de SpaceX, compartió uno de estos videos en la plataforma X (antes Twitter) y comentó con humor: “El éxito es incierto, ¡pero el entretenimiento está garantizado!”.
Más allá del incidente, SpaceX sigue avanzando en su objetivo de convertir al Starship en el cohete más potente y reutilizable de la historia. Con sus 120 metros de altura, el Starship es la nave más grande jamás construida y está diseñada para llevar humanos a Marte en el futuro. Además, NASA está trabajando con SpaceX para desarrollar una versión del Starship que permita llevar astronautas a la Luna como parte de la misión Artemis III, programada para 2027.
El cohete en esta prueba incluía varias mejoras significativas, como un diseño más largo, tanques de combustible más grandes y modificaciones en los sistemas de propulsión y control. También se esperaba que probara un innovador sistema de despliegue de satélites similar a un dispensador de caramelos. Sin embargo, estos avances aún no han garantizado la confiabilidad completa del sistema.
El fracaso de la prueba llevó a que la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) reguladora de vuelos espaciales, emitiera restricciones temporales para los aviones en el área donde cayeron los restos. Además, es posible que la FAA solicite a SpaceX investigar las causas del incidente antes de autorizar un próximo lanzamiento.
Incluso, algunos pasajeros lograron capturar desde las ventanas de sus aviones impresionantes imágenes de la lluvia de restos cayendo sobre el Caribe, videos que rápidamente se viralizaron en redes sociales.
El propio Musk compartió un análisis preliminar indicando que una fuga de oxígeno y combustible podría haber causado la explosión.
Pero más allá de eso, se mostró optimista sobre el futuro del proyecto: “Aparte de revisar cuidadosamente para evitar fugas, añadiremos un sistema de supresión de incendios y probablemente aumentaremos el área de ventilación. Por ahora, nada sugiere que tengamos que posponer el próximo lanzamiento más allá del mes próximo”, declaró en X.
Agencia AP y diario The New York Times