NUEVA YORK — Pharrell Williams se encontraba en la cocina de Eleven Madison Park, el aclamado restaurante de Manhattan con tres estrellas Michelin, y admiraba el ambiente mientras los chefs, con delantales grises y batas blancas, preparaban la cena en silencio.
“He estado en algunas cocinas antes y creo que ésta es diferente”, dijo Williams, el cantautor y director creativo de Louis Vuitton.
“Aquí se puede comer desde el suelo, no es que se quiera, pero se puede”.
La cocina tiene unos 200 metros cuadrados, cuenta con cinco puestos de comida y tiene capacidad para unos 30 chefs que trabajan simultáneamente.
Era miércoles por la noche y Williams estaba deambulando por el restaurante para una cena de 80 personas organizada por la UNESCO, la agencia cultural de las Naciones Unidas que trabaja en proyectos mundiales de educación, ciencia y cultura.
La cena se celebró durante la Asamblea General de la ONU, cuando los jefes de estado se reúnen en Nueva York para días de discursos, foros, reuniones, eventos y fiestas.
Durante la semana, actores, músicos y dignatarios prestaron su influencia a diversas causas.
Matt Damon y el príncipe Harry hablaron en la Clinton Global Initiative en el Hilton Midtown; Jon Batiste tocó para un teatro lleno en un evento en Jazz at Lincoln Center organizado por la Fundación Bill y Melinda Gates; y Meryl Streep habló sobre los derechos de las mujeres afganas en la ONU.
Fue la segunda reunión desde que Estados Unidos se reincorporó a la UNESCO después de una pausa de cinco años.
(Si bien la UNESCO es parte de la ONU, los países deben optar por ser miembros. La administración Trump retiró a Estados Unidos de la membresía en 2017, citando preocupaciones de un sesgo antiisraelí).
“Necesitábamos que Estados Unidos volviera a la mesa porque, por supuesto, tiene un enorme impacto político, un enorme impacto financiero”, dijo Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO.
“Esta es la ocasión para celebrar esto y también para atraer a nuevos socios potenciales”.
En las próximas semanas, Williams será nombrado embajador de buena voluntad de la UNESCO, un papel en el que ayudará a la agencia a difundir su trabajo y reclutar socios en todo el mundo.
(Louis Vuitton, donde trabaja desde 2023, realizó un desfile de moda durante el verano en la sede de la UNESCO en París).
También estuvo allí para apoyar a Daniel Humm, el chef suizo propietario de Eleven Madison Park y uno de los embajadores más nuevos de la agencia.
(Entre los asesores anteriores de la UNESCO se encuentran Nelson Mandela y los miembros del grupo de K-pop Seventeen).
“Me alegro por él”, dijo Williams, que observaba cómo se llevaban a la fiesta platos de puré de hongos con trufas negras.
“Todavía no he probado nada, pero la presentación es impecable”.
De izquierda a derecha, el músico Pharrell Williams; Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO; el chef Daniel Humm, de Eleven Madison Park. Foto Jutharat Pinyodoonyachet para The New York TimesHumm, cuyo nuevo papel fue reconocido en una ceremonia la noche anterior, fue seleccionado por su trabajo ambiental, en particular por su decisión hace tres años de convertir su restaurante en un restaurante totalmente basado en plantas.
“Un chef tomó una decisión radical, y la decisión que tomó resuena mucho con nuestra misión de la UNESCO de proteger la diversidad, de proteger el patrimonio natural”, dijo Azoulay.
Humm dijo que la decisión fue recibida con escepticismo.
Pero el reciente reconocimiento, dijo, hizo que valiera la pena el paso.
“Demuestra que la gente está prestando atención”, dijo, antes de bromear:
“Voy a colgar la bandera de la UNESCO en mi dormitorio”.
Humm también quería celebrar con una cena de varios platos en el restaurante.
“Quiero que la gente se relaje”, dijo.
Invitados
Los invitados llegaron alrededor de las 7 p.m. y fueron recibidos con champán y bocadillos veganos, incluyendo puerros fritos en tempura, una mezcla de ajo y puerros, y tartar de zanahoria con rábano picante.
Se sirvieron cócteles, hechos con ingredientes como flor de cerezo, cebolla encurtida, verbena de limón, manzana verde y yuzu, en el bar.
La sala estaba llena de líderes de la cultura, la educación y la ciencia, incluidos la actriz Maggie Gyllenhaal, el actor y director Forest Whitaker y Williams.
Los amigos de Humm también estuvieron allí.
Entre ellos se encontraban Maggie Baird, la madre de la cantante estadounidense Billie Eilish, y Annabelle Dexter-Jones, la actriz.
Otros invitados fueron Max Hollein, el director ejecutivo del Museo Metropolitano de Arte; Maya Lin, la arquitecta; y Amanda Nguyen, la activista de los derechos civiles.
Whitaker, que es vegetariano, también recorrió la cocina.
«Estoy muy emocionado por ver lo que el Chef puede hacer con las plantas», dijo.
Después de varios discursos y una actuación del violinista Charles Yang y el pianista Peter Dugan, los asistentes se sentaron a cenar.
Las ofertas incluyeron tomates preparados con verbena de limón, chile de Calabria y albahaca tailandesa; pan laminado con mantequilla de girasol; tonburi; tofu ageshi; y calabaza a la parrilla.
(Después de la cena, se sirvieron pretzels de chocolate y sésamo junto con paletas de frambuesa y pimiento morrón).
Hollein, que venía de otra fiesta de la ONU en el Museo Metropolitano de Arte, estaba encantado de haber llegado a tiempo para la cena.
«Obviamente es difícil moverse esta semana», dijo, riendo.
c.2024 The New York Times Company
