Los hermanos Milei tuvieron en la campaña que llevó al economista al Congreso, en 2021, una experiencia con un NFT (token no fungible) que logró recaudar unos 12 mil dólares y les sirvió para promocionar al entonces candidato libertario. «Fue idea de Karina», recordó una calificada fuente del entorno presidencial consultada. Pero al año siguiente el empresario Mauricio Novelli, otro de los supuestos implicados en el escándalo cripto, intentó replicar la iniciativa pero el token terminó colapsando como ocurrió en febrero de este año con la malograda $LIBRA.
Basados en la tecnología blockchain, hace cuatro años los NFT revolucionaron el arte digital y los coleccionables al ofrecer pruebas de propiedad. El modelo en cuestión se llamaba “Revolución libertaria” y consistía en una animación de un billete de mil pesos con una imagen del Banco Central en el reverso, en el que Milei se mostraba entre llamas haciendo explotar a la autoridad monetaria: la secuencia animada continúa con el organismo ardiendo hasta explotar en cientos de escombros para dar paso a la cara del candidato gritando “Viva la libertad, carajo” y así formar un nuevo billete de 1 peso con su figura.
Finalmente el token se vendió en 3.8 Ethereum, la criptomoneda creada por el ruso Vitalik Buterin. «Salió bien y se logró vender. Después el proyecto lo agarró (Mauricio) Novelli y fracasó», completó la fuente oficial consultada. Se refería a Vulcano, un emprendimiento del creador del Tech Forum y ex empleador del libertario, que fue promocionado por el economista en febrero de 2022 pero colapsó a las pocas semanas. «Muy interesante el proyecto de Vulcano game NFT gaming. Un diagrama económico sostenible en el tiempo a diferencia de la gran mayoría», había expresado Milei.
Otro ex colaborador de Milei en las campañas de 2021 y 2023, a su turno, recordó que «Novelli lo intentó dos veces (con los NFT) pero fracasó. En esa época se vendían esas piezas de arte (digital) por mucha plata». Tras el escándalo con $LIBRA, varios dirigentes de LLA posaron su mirada sobre el co-fundador de N&W Professional Traders que visitó varias veces la Casa Rosada. El propio Milei, en un reportaje, lo sindicó como quién le presentó a Hayden Davis, el joven promotor norteamericano del token creado el viernes 14 de febrero.
Para Maximiliano Firtman, programador y comunicador especializado en tecnología, entre 2021 y 2022 se desarrolló lo que se denomina una «burbuja de NFT» que, en ocasiones, sirvió para «el lavado de dinero». Recordó el caso de Vulcano, el NFT de gaming que terminó en un supuesto fraude.
«Perdieron la magia los NFT. Los fungibles eran las monedas (digitales) y los no fungibles eran estos modelos que representaban arte digital, como una suerte de billete de colección», explicó Firtman a este diario al tiempo que indicó que aún pervive un mercado residual. «Pero no sirvió como estrategia de inversión», completó.
Fueron emergentes de programas informáticos y por ende han tenido funcionalidades similares a las criptomonedas. Pero existe una diferencia entre ambos: los NFT necesitan sí o sí integrarse a una blockchain, la cadena de bloques de código abierto y acceso público que se presentan como una de las formas seguras para invertir y hacer intercambios comerciales digitales.
Adquirir un token dentro de una cadena de bloques del universo digital, o blockchain, es valerse de piezas que en el equivalente analógico llegan a compararlos con obras de arte, por el carácter único que tienen y el valor en expectativa que pueden reportar cada uno de ellos. Por ejemplo, el primer posteo de Twitter (ahora X), redactado por Jack Dorsey, uno de los fundadores de la red social, fue vendido como un NFT por 2,9 millones de dólares.