Tras años de idas y vueltas, el gobierno de Italia confirmó que construirán el puente colgante más largo del mundo para unir el continente con la isla de Sicilia. La empresa constructora del puente, Società Stretto di Messina, y la Agencia Ejecutiva de Clima, Infraestructura y Medio Ambiente de la Comisión Europea firmaron la propuesta de financiación que permitirá que la Unión Europea (UE) cubra el 50% de los costos de diseño ejecutivo de la infraestructura ferroviaria, que tendrá un valor aproximado de 4600 millones de euros.
El objetivo de la obra -que está previsto que comience a finales de 2024 y termine en 2030– es construir un puente que conecte el puerto de Mesina (del lado siciliano) y la ciudad calabresa de Villa San Giovanni (en el continente), separadas por el estrecho de Mesina, que une el mar Jónico con el mar Tirreno.
El nuevo puente fue aprobado por el gobierno italiano en enero de este año, luego de que estuviera a punto de concretarse en 2009 y luego en 2013, cuando se paralizó la obra y la empresa responsable entró en liquidación. Ahora, la idea del Ejecutivo es retomarlo con actualizaciones a los nuevos estándares de seguridad y medio ambiente. Según explicaron, tendrá 3600 metros de longitud, podrá soportar terremotos de una magnitud de hasta 7,5 y vientos de hasta 300 kilómetros por hora.
Hasta el momento, la única forma para viajar entre ambas orillas era a través de avión y ferry, o también a través un segundo ferry que sale desde Roma y Nápoles.
En 2021, un informe del Ministerio de Infraestructura había descartado la posibilidad de unir el estrecho con túneles submarinos y exigió realizar estudios sísmicos, dado que la región es susceptible a frecuentes terremotos y erupciones de volcanes, como el Stromboli o el Etna.
Esta nueva oportunidad -diseñada por el arquitecto italiano Marchisiana Saverio Adriano– permitirá que los viajeros crucen directamente en tren a través del extremo más al sur del continente.
“El nuevo proceso de autorización tendrá que garantizar el puente con tirantes más largo del mundo, que será la joya de la corona del arte de la ingeniería italiana”, prometió el ministro de Infraestructura y Transporte, Matteo Salvini. Para el funcionario, la obra será “un motor de crecimiento” para el sur de Italia, además de una “importante atracción turística”.
Y marcó: “Será el puente más hermoso, verde y seguro del mundo, certificado por los más grandes ingenieros de las mejores universidades”.
LA NACION