JERUSALÉN.- En una nueva escalada en Medio Oriente, Hezbollah bombardeó el norte de Israel con más de 140 cohetes el viernes, un día después de que el líder del grupo terrorista, Hassan Nasrallah, prometiera tomar represalias por el atentado masivo atribuido a Israel, que causó la explosión de miles de beepers y handies en Líbano y Siria, y dejó 37 muertos y 3000 heridos en dos días. En respuesta, Israel afirmó haber llevado a cabo un “ataque selectivo” en Beirut.
Una fuente cercana al grupo terrorista señaló que en el ataque israelí murió el jefe de su unidad de élite (conocida como Al-Radwan), identificado como Ibrahim Aqil. Este alto mando era buscado por Estados Unidos por su presunta participación en los atentados contra la embajada estadounidense de 1983. En tanto, el Ministerio de Salud local informó que hubo ocho muertos y 59 heridos en la ofensiva sobre la capital libanesa.
Por su parte, el ejército israelí confirmó que uno de los objetivos del ataque era Ibrahim Aqil, aunque no confirmó oficialmente su muerte.
El Ejército israelí señaló antes que los cohetes de Hezbollah llegaron en tres oleadas el viernes por la tarde y apuntaban a lugares a lo largo de la devastada frontera con el Líbano.
“Una salva de unos 60 cohetes fue disparada hacia las 13.02 (hora local)”, declaró una vocera del Ejército a la AFP. Los disparos tuvieron lugar después de que el ejército israelí atacara durante la noche cientos de lanzacohetes en Líbano que estaban listos para disparar proyectiles hacia Israel.
Hezbollah dijo que había atacado varios puntos a lo largo de la frontera con cohetes Katyusha -que suelen tener una precisión limitada- incluyendo múltiples bases de defensa aérea, así como la sede de una brigada blindada israelí, que señaló que habían atacado por primera vez, y una base de inteligencia a la que culpa de “asesinatos”.
Además, afirmó que los cohetes eran una represalia por los ataques israelíes en el sur del Líbano.
Por su parte, el ejército israelí declaró que ha llevado a cabo un “ataque selectivo” en Beirut. Es la primera vez que el ejército israelí ataca la zona de la capital libanesa desde finales de julio, cuando mató a un alto mando de Hezbollah en un ataque aéreo.
Hezbollah e Israel han intercambiado disparos casi a diario desde el 8 de octubre, un día después del inicio de la guerra entre Israel y Hamas por el brutal asalto del grupo terrorista, pero las andanadas de cohetes del viernes fueron más intensas de lo normal.
El jueves, Nasrallah prometió mantener los ataques diarios contra Israel a pesar del sabotaje mortal de esta semana de los beepers de sus miembros, que describió como un “duro golpe”.
“Sí, fuimos sometidos a un golpe enorme y severo”, dijo Nasrallah. “El enemigo cruzó todos los límites, todas las líneas rojas”, añadió.
Dos días de ataques ampliamente atribuidos a Israel tuvieron como objetivo miles de beepers y handies de Hezbollah, y han aumentado los temores de que casi un año de intercambios de disparos casi diarios entre Hezbollah e Israel desemboque en una guerra total en la región.
El ataque causó 37 muertos y cerca de 3000 heridos, muchos con heridas graves en la cara y amputaciones. Aunque Israel no confirmó oficialmente su participación, el ataque fue visto como un golpe directo contra Hezbollah, lo que provocó la rápida respuesta del grupo y una escalada de tensión en la región.
Nasrallah dijo que Hezbollah continuará sus ataques contra Israel mientras siga la guerra en Gaza y advirtió que “el enemigo enfrentará un castigo severo, desde donde lo espera y desde donde no lo espera”.
Israel intensificó ayer los bombardeos en el sur del Líbano, atacando durante la noche unos 100 puntos de lanzamiento de cohetes de Hezbollah y anunció que había frustrado un complot de asesinato dirigido por Irán, que tenía como objetivo a altos funcionarios israelíes.
La tensión coincide con el llamado de la fuerza de mantenimiento de la paz de la ONU en el sur de Líbano, que el viernes instó a una desescalada tras el significativo incremento de las hostilidades en la frontera.
La Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FINUL) había sido testigo de “una fuerte intensificación de las hostilidades a través de la Línea Azul” y en toda su zona de operaciones, dijo a Reuters el portavoz Andrea Tenenti. La Línea Azul se refiere a la frontera entre Líbano e Israel.
“Estamos preocupados por el aumento de la escalada a lo largo de la Línea Azul e instamos a todos los actores a desescalar inmediatamente”, dijo.
Agencias AP y AFP
LA NACION