Otra noche más en la que los delincuentes se sienten dueños de las calles. Esta vez fueron cuatro pibes en modo pandilla, que venían huyendo a toda velocidad tras robarle el casco a un laburante de Pedidos Ya en Rawson. Pero no les bastó con eso: se metieron en contramano por Mendoza y destrozaron un remis, dejando herido a un trabajador de 50 años que solo quería terminar su jornada.
El hecho ocurrió pasadas las 00:45, en la esquina de Mendoza y Pedro de Valdivia, Capital. El remisero Carlos Flores, que circulaba por Valdivia en su Fiat Cronos, nunca imaginó que iba a ser embestido por una banda de inadaptados al volante de un Peugeot 208 en plena huida. El impacto fue brutal: los autos terminaron sobre la vereda, derribaron un semáforo y un cartel de calles. Flores terminó hospitalizado con traumatismo de tórax y golpes múltiples.
¿Y los responsables? Máximo Nicolás Ignes (19), Facundo Tanten (18), Edgar Bolado (19) y un menor de 15 años identificado como M. B., todos con nombre y apellido (menos el menor, por esa ley absurda que lo protege), andaban como si la calle fuera suya, jugándose la vida ajena como si fuera un videojuego. ¿Por qué? Porque le robaron un casco a un delivery. Un casco. Y por eso, decidieron arrasar con lo que se les cruzara.
Mientras tanto, los laburantes siguen cayendo, los chorros siguen libres, y el mensaje para los jóvenes parece ser claro: delinquir no solo es fácil, es casi impune. ¿Qué esperamos para ponerle un freno a esta locura?