Un tipo de radio La Red dice que Sebastián Domínguez es un “panelista”. Aburre la chicana, pero bueno, lo estaban esperando por haber criticado a la Selección (ohhhh!) cuando era criticable. En fin, el DT, ya se sabe, es más que un panelista, queda claro. Veinte años de carrera y campeón con el equipo que dirigió hasta ayer.
Domínguez sólo dio lástima para hacernos acordar que Vélez es un equipo ciclotímico. Bipolar. Pensándolo bien, hubiera sido mejor no salir campeón. Ni una semana de alegría. Enseguida se fueron Gustavo Quinteros –ya figura en el Guinness como el único DT que no estuvo en una final- y Claudio Aquino, el Bochini de estos tiempos.
La dirigencia quiere que seamos resilientes. Eso pasa. ¡Ni una semana pudimos festejar tranquilos! ¡Ni una semana nos dejaron ser felices!
Antes de Año Nuevo ya sabíamos que se habían ido los dos: el profe Quinteros y el Bocha Aquino. Después hablan de «empatía». Una perversión total con el hincha que tuvo que esperar más de una década para volver a gritar campeón. Poco tacto y elegancia cero. En eso habría que aprender de Domínguez. Domínguez y Gago quedan bien. Mejoran el estado de las canchas. Se visten fenómeno y declaran con más palabras que el resto de los técnicos. Se metrosexualizan para que el banco de suplentes también robe cámara.
Seba, disculpame pero tenés que ser muy malo para no poder durar ni dos meses en el cargo de un equipo que está pipón, con hinchas satisfechos que este año no demandarían más que una Sudamericana.
Todas malas noticias. Habría que hacer como River que se conforma con clasificar a la Libertadores y listo. Hoy con eso alcanza. Salís campeón y guarda, por ahí viene Braian Romero y te pide más guita.
Y los pibes de la famosa “fábrica” son unos desagradecidos que se besan la camiseta y a la primera de cambio se rajan. El caso de Alejo Sarco es sintomático de que no pasa nada si los colgás por no firmar contrato. Sarco jugó cinco minutos, estuvo parado un montón de meses y hoy está en Europa. Ya se sabe que Thiago Fernández, la revelación del torneo pasado, ahora lesionado, puede quedar libre igual que la joya Alvaro Montoro, por ahora, un menor de edad que promete. Pertenencia las pelotas.
No quieren jugar en Vélez. Son criptofutbolistas. Las SAD pueden competir porque la identificación con los clubes es ínfima.
Muy malo o muy egocéntrico, Domínguez. Agarró Vélez con una experiencia de medio año como DT. Tendría que haber dicho que no. Ser más humilde. “Gracias, todavía tengo mucho que aprender. Vélez es demasiado importante para un aprendiz”. Algo así.