Cuando jugó a fines de 2020, y con apenas 11 años, el PNC Championship por primera vez, Charlie Woods llamó la atención con su habilidad para pegarle a la pelotita, heredara, no hay dudas, de su papá Tiger, uno de los mejores golfistas de la historia. Desde entonces, cada vez que pisó un campo de golf, asombra con su carisma y con su habilidad para ese deporte, que empezó a jugar desde muy pequeño. Y en la edición 2024 de ese mismo torneo, un evento no oficial en el que los jugadores profesionales compiten en parejas con sus hijos, padres o algún otro familiar, lo hizo otra vez.
En el arranque de la segunda ronda del certamen, Charlie -que hoy tiene 15 años- consiguió el «ace» de su vida. En el cuarto hoyo, de par 3, embocó la pelotita directo desde el tee con un solo impacto y el festejo fue muy particular.
Primero, porque el pequeño Woods -que igual ta están casi tan alto como su padre- pareció no darse cuenta que había conseguido un hoyo en uno y pareció por buscar con la vista confirmación de quienes lo rodeaban. Y segundo, porque Tiger no llegó a ver lo que había ocurrido. Según los periodistas que estaban a cargo de la transmisión, el ganador de 15 Majors se había tomado un ratito de descanso y no estaba junto a Charlie. Pero cuando volvió al lugar y se enteró, no pudo ocultar la felicidad. Se acercó a su hijo con una enrome sonrisa y le dio un gran abrazo y un empujón fraternal.