¡Atención, FIA! Los pilotos de Fórmula 1 ya no aguantan más las sanciones por usar malas palabras. Resulta que Max Verstappen y Charles Leclerc, después de soltar un par de palabrotas en ruedas de prensa, fueron castigados por la FIA. Pero no es solo eso, ¡la cosa se complicó aún más! Los pilotos no solo están indignados por las multas, sino porque les parece que la FIA está más enfocada en las joyas y la ropa interior de los conductores que en, no sé, ¡las carreras!
La GPDA (la asociación de pilotos) publicó un comunicado en el que exigen más transparencia sobre cómo se usan las multas. Y, como si eso fuera poco, también piden a la FIA que «respete» el tono de sus comentarios, porque ya es bastante con tener que andar dando vueltas a 300 km/h, ¡sin tener que escuchar sermones sobre pendientes y calzoncillos!
Y por si fuera poco, sugirieron que las multas deberían financiar a los comisarios de carrera, porque ¿quién no querría gastar 50,000 euros en algo realmente útil, como una evaluación profesional de qué tan rápido puede ir el coche antes de perder un tornillo?