NUEVA YORK.- La prestigiosa Universidad de Harvard rechazó este lunes las exigencias de la administración de Donald Trump, que la amenazó con cortar 9000 millones de dólares en financiación con el argumento de que permite el antisemitismo en el campus.
En una carta firmada por dos abogados de la Universidad dirigida a la administración republicana, Harvard, uno de los centros educativos más prestigiosos del mundo, asegura que “no renunciará a su independencia ni a los derechos que le garantiza la Constitución”.
“Ni Harvard ni ninguna universidad privada puede permitir que el gobierno federal la controle”, dice la misiva. “Harvard no está dispuesta a aceptar exigencias que van más allá de la autoridad legítima de esta administración o de ninguna otra”.
Es la primera universidad que se enfrenta al intento del gobierno de imponer cambios en las instituciones de élite.
A principios de abril, la administración del presidente republicano hizo una serie de exigencias a la dirección de la universidad, en particular, el fin de los programas DEI (diversidad, igualdad e inclusión) y cambios en los programas que “alimentan el acoso antisemita”.
La universidad, situada cerca de Boston, es la primera que rechaza las exigencias del republicano, pese a que es la que más tendría que perder dadas las subvenciones que están en juego.
Sus abogados aseguran que la universidad ha adoptado importantes medidas desde hace 15 meses para combatir el antisemitismo. “En consecuencia, Harvard está en una situación muy diferente a la de hace un año”, escriben.
Según ellos, la carta de la administración “ignora los esfuerzos de Harvard y presenta exigencias que, en contradicción con la primera enmienda, socavan la libertad de las universidades garantizada desde hace tiempo por la Corte Suprema”.
La primera enmienda de la Constitución estadounidense garantiza las libertades fundamentales, en particular la libertad de expresión.
Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha arremetido contra universidades del país que desde el año pasado han sido escenario de protestas contra la guerra de Israel en Gaza. Las manifestaciones aumentaron las preocupaciones de que ciertos discursos y comportamientos amenazaban a estudiantes judíos, y que algunas universidades no estaban cumpliendo adecuadamente la ley federal de derechos civiles.
Otras iniciativas del gobierno han estado relacionadas con eliminar programas de diversidad, equidad e inclusión, y con impedir que atletas transgénero compitan en equipos femeninos.
El gobierno ya ha cortado por las mismas razones 400 millones de dólares en contribuciones federales a la Universidad de Columbia, en Nueva York, que a diferencia de Harvard se ha comprometido a llevar a cabo reformas drásticas exigidas por la administración para tratar de recuperar estos fondos.
Esa postura ha generado críticas, incluyendo las de dos sindicatos —la Asociación Estadounidense de Profesores Universitarios (AAUP) y la Federación Estadounidense de Maestros— que presentaron una demanda el mes pasado alegando que la administración violó la Primera Enmienda y la ley de derechos civiles al cancelar unilateralmente la financiación a Columbia.
Otros, como algunos exalumnos, argumentaron que la escuela —como muchas universidades de investigación— depende tanto de los fondos federales que debe cumplir, y que ya ha comenzado a implementar cambios en línea con las exigencias del gobierno. Hasta ahora, Columbia no ha recuperado su financiamiento.
En Harvard, muchos han pedido a la universidad que resista. En un editorial reciente, el Harvard Crimson instó: “Harvard debería trabajar junto a otras universidades para oponerse, liderando la lucha contra los ataques incesantes de la administración Trump a la educación superior”.
Agencia AFP y diarios The New York Times y The Washington Post