Promesas incumplidas, sueldos atrasados y obras sociales caídas. La fábrica de galletitas de Albardón se hunde en la incertidumbre mientras la empresa evade responsabilidades y el gremio se diluye

En medio de un clima de creciente preocupación y malestar entre los trabajadores, la Fábrica de Galletitas, ubicada en el departamento de Albardón, atraviesa una de sus etapas más delicadas. Con una planta que emplea a 320 personas, la empresa Argensun Food, actual controlante del establecimiento, enfrenta problemas financieros que han complicado seriamente el cumplimiento de sus obligaciones salariales y previsionales.
Daniel Cortez, delegado gremial de la planta, dialogó con este medio para describir una situación que, según sus palabras, se arrastra desde hace años. «La semana pasada nos liquidaron una quincena completa después de mucho tiempo. Pero esta quincena, que deberíamos haber cobrado ya, nos pagaron solo el 50%», relató. Esta práctica irregular, que incluye el pago de sueldos en cuotas, ha derivado en deudas personales entre los trabajadores, quienes enfrentan dificultades para cumplir con compromisos bancarios y pagos con tarjetas de crédito.
Cortez también expresó su malestar por la falta de participación sindical en las reuniones clave. Según indicó, los delegados no fueron convocados a una reunión mantenida entre representantes de la empresa y funcionarios de la Subsecretaría de Trabajo. «No sé si el gremio habrá estado, pero nosotros no fuimos parte. Ellos están al tanto de la situación, pero no tengo más para decir», señaló.
Uno de los puntos más sensibles que atraviesan los empleados es el de las obras sociales. Muchos descubrieron que sus coberturas están dadas de baja, a pesar de que los descuentos siguen figurando en los recibos de sueldo. «Nos descuentan, pero la empresa no paga. Hoy mismo me llamó un compañero al que le dijeron que su obra social está caída y no puede atender a su hija», denunció Cortez.
Además, el delegado expresó dudas sobre la veracidad de los recibos de sueldo que entrega la firma. «En los recibos figura que nos pagan en término, pero no es cierto. Lo único real son los depósitos bancarios, que no coinciden con las fechas declaradas».
Sobre los rumores de un posible retiro de la empresa de la provincia, Cortez reconoció que hay versiones internas. «Se dice que invirtieron demasiado y no están recuperando. No lo puedo confirmar, pero esos son los comentarios. Por ahora siguen, pero la incertidumbre es total«, manifestó.
La historia reciente de la fábrica también está marcada por los vaivenes de gestión. Cuando Tía Maruca tomó las riendas, los primeros meses fueron esperanzadores, pero luego comenzaron los incumplimientos. Con la llegada de Argensun Food, se anunciaron inversiones en tecnología. Sin embargo, según Cortez, los trabajadores ya no confían en las promesas. «Nos trajeron hornos nuevos desde Luján de una fábrica que han desarmado y están funcionando, pero la gente ya perdió la paciencia. Fueron muchos años así. Ya no creemos en nada», lamentó.
El Sindicato de la Alimentación está informado sobre la situación, aunque Cortez prefirió no profundizar en el rol que cumple la conducción gremial. También confirmó que la Secretaría de Trabajo ha tomado contacto con varios trabajadores para conocer su situación, y que se habría llevado algunos recibos de sueldo. Sin embargo, cuestionó la validez de esos documentos como prueba de pago, ya que los trabajadores los firman aunque reflejen montos o fechas que no coinciden con la realidad.
El clima en la planta es tenso. Según el delegado, muchos trabajadores están desmotivados y agotados emocionalmente. «La gente ya perdió el interés por el trabajo. Dicen ‘más vale perder lo poco que tenemos’, porque no se puede seguir así. No podés ni llevar a tu hijo al médico», finalizó.