El gobierno británico dijo el viernes que respaldaría dos grandes propuestas para capturar las emisiones de dióxido de carbono de las plantas industriales y enterrar el gas bajo el mar.
El gobierno, liderado por el Partido Laborista, dijo que proporcionaría 22 mil millones de libras (alrededor de 29 mil millones de dólares) para tales planes durante 25 años como parte de sus esfuerzos para convertir a Gran Bretaña en un líder en una tecnología en crecimiento conocida como captura y almacenamiento de carbono.
La captura de carbono se considera una herramienta útil para abordar el cambio climático, pero también es vista con escepticismo por algunos grupos ambientalistas, que temen que prolongue el uso de petróleo y gas natural.
Si bien la captura de carbono existe desde hace décadas, la tecnología es costosa y ha tardado en ganar terreno.
Las dos propuestas del anuncio del viernes se encuentran en zonas industriales en Teesside, en el noreste de Inglaterra, y cerca de Liverpool, en el noroeste.
El gobierno dijo que los planes crearían 4.000 puestos de trabajo y apoyarían a otros 50.000.
El Partido Laborista, que obtuvo una victoria aplastante en las elecciones generales de julio, espera utilizar energía limpia para atraer inversiones y fortalecer lo que ha sido una economía lenta.
El anuncio precede a una cumbre internacional de inversión que Gran Bretaña planea convocar este mes.
«El anuncio de hoy dará a la industria la certeza que necesita», dijo el primer ministro británico, Keir Starmer, en un comunicado de prensa.
El apoyo del gobierno “ayudará a generar empleos, impulsar el crecimiento y reparar este país de una vez por todas”, añadió.
«Esto demuestra que el gobierno está comprometido y avanzando», dijo Bassam Fattouh, director del Instituto de Estudios Energéticos de Oxford, una organización de investigación.
El gobierno ofreció pocos detalles sobre cómo funcionarían estos planes o la solidez de su compromiso.
El gobierno anterior, encabezado por el Partido Conservador, había hablado de gastar sumas similares en captura de carbono.
Todas las propuestas que recibieron el respaldo del gobierno el viernes están lideradas por compañías energéticas tradicionales con grandes inversiones en Gran Bretaña.
Uno en el área de Teesside está siendo orquestado por BP, el gigante energético con sede en Londres.
El otro está encabezado por Eni, una empresa energética italiana que tiene intereses en petróleo y gas natural, así como en energía eólica marina en Gran Bretaña.
El plan liderado por Eni enterraría el dióxido de carbono en los yacimientos de gas natural de la bahía de Liverpool.
La idea es barrer las emisiones de industrias contaminantes como la energía eléctrica o las plantas de cemento y enterrarlas en formaciones rocosas bajo el mar.
La esperanza es que a medida que estas empresas ganen escala, los costos y la cantidad de apoyo gubernamental necesario disminuirán.
Cuando estén en funcionamiento, estos proyectos podrían almacenar 8,5 millones de toneladas métricas al año, dijo el gobierno.
El gobierno británico también espera que a medida que las regulaciones climáticas se endurezcan, la disponibilidad de un servicio de recolección de dióxido de carbono atraerá nuevas inversiones industriales y alentará a los propietarios a mantener abiertas las plantas existentes.
La propuesta “esencialmente utiliza dinero de los contribuyentes para subsidiar la vida útil de la industria de los combustibles fósiles”, dijo en un comunicado Amigos de la Tierra, un grupo ambientalista.
El grupo añadió que sería mejor para el gobierno apoyar proyectos de aislamiento de viviendas.
Algunos expertos en energía dicen que la captura de carbono tiene un papel que desempeñar en la enorme tarea de reducir las emisiones, especialmente de algunas industrias altamente contaminantes como las del cemento y el acero.
La captura y el almacenamiento de carbono “es una parte importante de la cartera de tecnologías para alcanzar las ambiciones netas cero”, escribieron este año Mathilde Fajardy y Carl Greenfield, analistas de la Agencia Internacional de Energía.
Se almacenan más de 50 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono al año, estima la Agencia Internacional de Energía, muy por debajo de los mil millones de toneladas al año que, según la agencia, deberían alcanzarse para 2030 para ayudar a alcanzar los objetivos climáticos.
c.2024 The New York Times Company
