La acusación se desmoronó cuando salieron a la luz grabaciones de llamadas de la denunciante, en las que admitía haber inventado un relato para perjudicar al acusado. Así lo afirmó su abogado defensor, Martín Zuleta, quien explicó que la prueba llegó al fiscal de la causa, quien solicitó el sobreseimiento.
“La esposa (y denunciante) reconoció ante la fiscalía que la denuncia era falsa porque temía que D. se fuera a trabajar fuera de la provincia y la dejara sola con los hijos. Dijo que los hechos no habían ocurrido, lo cual fue corroborado con otras pruebas que presentamos, como audios y videos”, argumentó.
El material ofrecido, según el letrado, probaba que la denuncia era falsa. “Tanto el hijo como ella enviaron audios e hicieron llamadas que fueron grabadas, donde claramente reconocían que las denuncias eran falsas. Con toda esa prueba, el fiscal pidió el sobreseimiento”, agregó.
El fiscal Roberto Ginsberg solicitó dicha resolución y el juez de Garantías, Pablo Leonardo León, emitió el dictamen total y definitivo para quien aún debe enfrentar otra denuncia, aunque más grave: el presunto abuso sexual de su propia hija.
Zuleta, destacando la labor del representante del Ministerio Público, expresó que se levantaron todas las medidas de restricción que tenía el hombre contra su ex pareja, quedando vigente solo la prohibición de acercamiento con la presunta víctima, una adolescente que vive en otra provincia.
Según anticipó el abogado, el expediente judicial restante también forma parte de la maniobra y presentará los mismos elementos para que se desestimen las sospechas y el calvario para su cliente finalmente termine. El mismo había sido denunciado por abuso sexual con acceso carnal y lesiones, luego por amenazas de muerte y lesiones, y más tarde se sumó una tercera causa por el presunto ataque sexual contra la joven, que aún deberá resolverse.