Un calvario fue el Gran Premio de Brasil de Fórmula 1 para Franco Colapinto. Es que después de haberse despistado en la Q1, el argentino logró salir con su Williams a la carrera desde el 16° lugar. Sin embargo, con la lluvia como temible enemigo, el argentino padeció la competencia y tuvo que abandonar después de pegarse un golpazo en el giro 32, con el auto de seguridad en la pista y justo después de ingresar por segunda vez a boxes para que le acomodaran el flap. En ese momento, se ubicaba 16°.
Colapinto ya venía perdiendo tiempo y hacía dos vueltas que no podía controlar el auto con los neumáticos intermedios -no se entendió por qué no le pusieron las full wet en la segunda detención-. En la parte final del trazado, cuando venía pegando volantazos, El de Pilar no pudo evitar el golpazo contra el paredón. El Williams quedó con severos daños en el flanco izquierdo. La bandera roja asomó enseguida y la carrera se detuvo con el francés Esteban Ocon y su Alpine al frente del pelotón.
Colapinto venía haciendo una buena carrera en su primera experiencia bajo la lluvia. Llegó a estar 12° luego de un muy buen sobrepaso a Lewis Hamilton, que se había pasado de largo. Estalló el circuito colmado de argentinos -llegaron unos 7 mil- luego de esa maniobra. Aceleraba bien en las rectas. Sin embargo, parecía sufrir con la falta de estabilidad de su auto en las curvas. Sobre todo después de un toque con el Haas de Oliver Bearman, a quien los comisarios habían castigado con diez segundos de retraso por la maniobra peligrosa.
Había tenido Colapinto la mala suerte de entrar a boxes a cambiar los neumáticos en la vuelta 27 justo antes de que hiciera su ingreso el virtual safety car por la salida de pista de Nico Hulkenberg -que luego fue penalizado con la bandera negra-. Eso le hizo perder varias posiciones.
La lluvia, a esa altura, era muy intensa. Para entonces, el virtual safety car le dejó lugar al real y Colapinto entró otra vez a boxes. Se creía que iba a poner las gomas full wet, pero los mecánicos se limitaron a acomodarle el flap. «Hay que sobrevivir», le habían aconsejado los ingenieros. Pero no pudo. Salió con el auto totalmente descontrolado. Desde la cámara de su auto se veía cómo le costaba sostener al Williams. Y fue entonces cuando sucedió el accidente que decretó el final de su aventura en Interlagos.
«Fue un golpe duro, el auto está destrozado. Perdón el equipo que hizo un gran trabajo para ponerlo en pista. Estoy muy triste, no se merecían esto. A volver más fuerte la próxima carrera en Las Vegas, pero hay que recuperarse de esto», explicó Colapinto, visiblemente afectado en su voz y su semblante, durante la zona mixta en el autódromo de Interlagos.