El vicegobernador Fabián Martín apareció en distintos medios esta semana y le preguntaron si va a ser candidato a diputado nacional. Y él, con la gracia de un mago que saca conejos de la galera, respondió: “poco probable”. O sea, está más ocupado armando consensos que un maestro de yoga tratando de que todos hagan la postura del perro cabeza abajo sin caerse.
Pero ojo, que si el gobernador Orrego le dice “Fabián, ponete las pilas y andá para allá”, nuestro héroe político se pone la capa y sale volando. Porque en la política, como en el fútbol, a veces te toca entrar de suplente y meter el gol del campeonato… o al menos intentarlo sin caerte.
Martín contó que hay varios candidatos en la lista: ministros, intendentes, y hasta algún vecino que se anotó porque escuchó “lista” y pensó que era para la feria del barrio. Entre los intendentes, el único que tiene chances es Juan José Orrego, hermano del gobernador, porque en San Juan la política es casi un culebrón familiar con más drama que la telenovela de Wanda Nara, Icardi, La China Suarez, Pampita, Benjamín Vicuña, y el Cristian Dior de La Matanza L-Gante.
Sobre alianzas, dijo que las puertas están abiertas para todos, menos para La Libertad Avanza, que les dijeron desde Buenos Aires “ni en pedo”. Así que esa alianza está más fría que el café olvidado de la mañana. El Partido Bloquista está ahí, medio en veremos, como ese amigo que te dice “llego en cinco minutos” y aparece dos horas después con una excusa digna de un Oscar.
Y la guinda del postre: Nación les recortó un 40% de los fondos, pero la provincia sigue haciendo obra pública. ¿Cómo? Misterio digno de “Aunque usted no lo crea»: capaz tienen un portal secreto a Narnia lleno de billetes o un duende contador que hace magia con los números, como el contador de los Kirchner.
Finalmente, Martín dijo que no le temen a la polarización entre libertarios y kirchneristas. Confían en que los sanjuaninos van a elegir la moderación, o sea ninguno de los extremos de los extremos. Algo así como elegir entre un asado quemado y una pizza fría, pero con buena onda y sin peleas.
En resumen: Fabián Martín está en modo “candidato fantasma ninja”: aparece y desaparece, juega al escondite con las alianzas, y deja a todos con la intriga mientras hace malabares políticos con una mano y toma mate con la otra. ¡La política sanjuanina siempre es divertida!
 
															 
															 
															 
					 
							 
															
 
			
 
		 
		 
		