En la jungla justicialista sanjuanina, Fabián Gramajo se paró y soltó una frase que hizo ruido como si fuera una bomba con delay:
«Sergio y José Luis son necesarios, pero no suficientes,, ya no alcanza con ellos.»
Traducido al criollo: «SÃ, los necesitamos… pero tampoco los vamos a dejar solos al volante, no sea cosa que nos estampemos otra vez contra el fondo».
Carlos Munisaga, desde Rawson, habÃa sido más brutal. Dijo «terminó un ciclo», con la frialdad de un forense que cierra la historia clÃnica. Gramajo, más zen, menos drástico, eligió el camino del «renovemos sin matar a nadie» y pidió abrir el juego. ¿A quiénes? A todos. A los intendentes, a los diputados, a los bloquistas nostálgicos, a los radicales en estado de extinción, a la Cruzada Renovadora, a los peronistas de Evita y a cualquier bicho polÃtico que camine y quiera sumarse. Solo faltó invitar a Charly GarcÃa y a la Mona Jiménez.
Mientras tanto, le tiró con todo a Milei:
«Es un león cruel que hace rugir de hambre al pueblo».
Una metáfora potente. Aunque si uno lo piensa bien, el león no es cruel: es león. Hace lo que hacen los leones. El problema es cuando en vez de otros leones del pueblo tenés gatos con pechera de león y colmillo de utilerÃa. O sea: el peronismo se disfrazó de felino, pero terminó durmiendo la siesta mientras el pueblo se quedaba sin vianda.
Eso sÃ, Gramajo no se hace el desentendido. Reconoció que el PJ debe hacer autocrÃtica. Y sÃ, incluso Cristina está invitada a la ronda del «en qué fallamos muchachos». No sabemos si irá. Pero la mesa se está armando.
Además, el chimbero nos regaló otra joya:
«No me preocupa estar en una boleta.»
¡Hermoso! Qué generosidad. A esta altura de la pelÃcula, que un polÃtico diga eso es como que un carnicero diga «no me preocupa vender asado». Raro, pero noble. Aunque… ¡ojo! Que te digan que no les importa estar en la boleta es, a veces, justo antes de decirte que van a encabezarla.
Y como no podÃa faltar, Gramajo también se quejó de las redes, los anónimos y los rumores:
«Te quieren llevar para otro lado», dijo.
Es probable. Aunque con tantos lados a los que está dispuesto a abrir el juego, capaz que se están yendo solos.
En resumen: Gramajo se postula como el gran conciliador. El que no pelea, el que suma, el que no excluye. Está haciendo casting para el papel de «padre responsable» del justicialismo roto. Una especie de terapeuta polÃtico con peinado sobrio y vocación de bombero.
¿Alcanza con eso?
Y… como él mismo dijo: necesario, sÃ.
Suficiente… ya veremos.