Ah, el cálculo matemático perfecto! Un 2,4% de aumento que, por supuesto, no necesita ni un centavo más para dejar de ser un «jugoso» incremento. Tal vez el ajuste sea tan meticuloso que se lo pueda considerar un milagro de la precisión económica. Como si los cajeros fueran relojes suizos, entregando sueldos con la misma exactitud, pero quizás con un poco menos de cariño.