Protestas estallaron en Siria este martes de Nochebuena por la quema de un árbol de Navidad cerca de la ciudad de Hama.
Un video publicado en las redes sociales mostraba a hombres armados enmascarados prendiendo fuego al árbol expuesto en la plaza principal de Suqaylabiyah, una ciudad de mayoría cristiana en el centro de Siria.
La principal facción islamista que encabezó el levantamiento que derrocó al presidente Bashar al-Assad dijo que los hombres responsables del incendio eran combatientes extranjeros y habían sido detenidos y que el árbol sería reparado rápidamente.
Miles de manifestantes salieron a las calles de todo el país, exigiendo que los nuevos gobernantes islamistas protejan a las minorías religiosas.
«Si no se nos permite vivir nuestra fe cristiana en nuestro país, como antes, entonces ya no pertenecemos aquí«, dijo a la AFP un manifestante llamado Georges.
En el barrio de Bab Touma de Damasco, los manifestantes portaban una cruz y banderas sirias y coreaban «sacrificaremos nuestras almas por nuestra cruz».
Siria es el hogar de muchos grupos étnicos y religiosos, incluidos kurdos, armenios, asirios, cristianos, drusos, shiítas alauitas y árabes sunnitas, estos últimos constituyen la mayoría de la población musulmana.
Queda por ver cómo el grupo Hayat Tahrir al-Sham (HTS) gobernará Siria. El grupo tiene un pasado yihadista, del que se ha distanciado, y un presente islamista.
Mientras los combatientes marchaban hacia Damasco a principios de este mes, sus líderes hablaron de construir una Siria para todos los sirios.
Los representantes también han dicho que se protegerían los derechos y libertades de las minorías religiosas y étnicas.
HTS sigue designada como organización terrorista por la ONU, EE.UU., la UE y el Reino Unido, aunque hay indicios de que puede estar en marcha un cambio diplomático.
Con información de AFP y BBC News