Lo que aparentaba ser una gran final entre Barcelona y Real Madrid terminó en un escándalo que no para de crecer. Sin embargo, el club de la capital salió a aclarar que se presentará este sábado a disputar el partido decisivo de la Copa del Rey, algo que horas antes se había puesto en duda. «El Real Madrid considera inadmisibles las manifestaciones públicas realizadas por los árbitros designados para la final de la Copa del Rey«, avisó el club madrileño en un fuerte comunicado. Pero apenas dos horas más tarde emitió una nuevo texto en el que confirmó que los dirigidos por Carlo Ancelotti estarán en el campo de juego. Por otro lado, tomó una determinación de peso: no realizar el último entrenamiento abierto a la prensa ni tampoco presentarse a las conferencias de prensa programadas.
La bomba estalló este viernes por la mañana en Europa. El juez del encuentro decisivo será el vasco Ricardo De Burgos Bengoechea, un dato que podría resultar poco relevante, de no ser por lo que sucedió durante una conferencia de prensa que brindaron los integrantes del cuerpo arbitral: el referí lamentó, entre lágrimas, “la repercusión de los vídeos de Real Madrid Televisión (el canal oficial del club)” contra él y sus colegas, ya que “los hijos de los compañeros oyen decir en el colegio que su padre es un ladrón”.
“Es muy jodido cuando un niño va al colegio, hay otros que le dicen que su padre es un ladrón y vuelve a su casa llorando. Yo intento educar a mi hijo para decirle que su padre es honrado, que se equivoca como un deportista más. Esto es muy jodido, no se lo deseo a nadie. Cuando me vaya, quiero que mi hijo esté orgulloso de su padre y del arbitraje porque el arbitraje nos ha dado muchos valores. No hay derecho a lo que estamos pasando muchos compañeros no solo entre los profesionales, sino, sobre todo, en el fútbol base”, deploró De Burgos Bengoechea, notoriamente conmovido.
Nuevo Comunicado Oficial.
— Real Madrid C.F. (@realmadrid) April 25, 2025
En un principio, la autoridades de Real Madrid no iba a realizar movimientos. Pero el escándalo creció y los hinchas se manifestaron. Por eso el presidente Florentino Pérez tuvo que tomar cartas en el asunto. Así, decidió que la institución no acuda a ningún acto de la RFEF en la previa de la final de Copa. No hubo rueda de prensa (Carlo Ancelotti y Luka Modric eran los designados), ni entrenamiento abierto a la prensa, ni foto de los entrenadores con el trofeo. Tampoco el mandamás merengue estará en la cena de camaradería. Sin embargo, el club aseguró que el sábado el equipo jugará la final de Sevilla.
¿Qué pretendía Real Madrid? Que se cambien el árbitro y el VAR (Pablo González Fuertes) para el juego de mañana. “Hay miles de aficionados aquí en Sevilla y millones de personas en todo el mundo que quieren ver esta gran final. Apelo a la responsabilidad y a la tranquilidad de todos para que todo salga bien. He hablado con el Madrid. Cada uno sabe lo que tiene que hacer. Vamos a trabajar en lo que estamos haciendo porque, como saben, desde que he llegado me he ocupado en este tema para crear una comisión, en la que participa también el Madrid, para tener de cara al próximo año un órgano de trabajo donde participe de manera activa todos los actores del fútbol», dijo el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Rafael Louzán.
El Real Madrid C. F. considera inadmisibles las manifestaciones públicas realizadas hoy por los árbitros designados para la Final de la Copa de S. M. el Rey que ha de celebrarse mañana 26 de abril de 2025.
Estas manifestaciones, que han puesto el foco de manera sorprendente contra los vídeos de un medio de comunicación amparado en la libertad de expresión, como es Realmadrid TV, realizadas de manera premeditada 24 horas antes contra uno de los participantes de la final, demuestran, una vez más, una clara y manifiesta animadversión y hostilidad de estos árbitros contra el Real Madrid.
Declaraciones aún más sorprendentes todavía, bajo un tono amenazante, aludiendo a la unidad de los árbitros, para anunciar supuestas medidas o actuaciones que distan mucho de los principios de equidad, objetividad e imparcialidad que deberían imperar a escasas horas de un acontecimiento futbolístico que centra la atención de cientos de millones de personas en todo el mundo.
Ante la gravedad de lo sucedido, el Real Madrid espera que los responsables de la R. F. E. F. y del estamento arbitral procedan en consecuencia, adoptando las medidas correspondientes en defensa del prestigio de las instituciones que representan.
Ante los rumores que han surgido en las últimas horas, el Real Madrid C. F. comunica que nuestro equipo nunca se ha planteado renunciar a jugar la final de mañana.
Nuestro club entiende que las desafortunadas e inapropiadas declaraciones de los árbitros designados para este partido, efectuadas 24 horas antes de la final, no pueden manchar un acontecimiento deportivo de trascendencia mundial que verán cientos de millones de personas y por respeto también a todos los aficionados que tienen previsto su desplazamiento a Sevilla, y a todos aquellos que ya están en la capital andaluza.
El Real Madrid entiende que deben prevalecer los valores del fútbol, a pesar de la hostilidad y la animadversión que hoy han quedado de manifiesto, una vez más contra nuestro club, por parte de estos árbitros designados para la final.