Si armar una moto en Argentina sigue complicándose, pronto los fabricantes van a empezar a ofrecer cursos de ingeniería para que cada comprador ensamble la suya en casa. Con la falta de piezas importadas, los comerciantes del rubro ya no saben si vender motos o empezar a vender patines y resignarse.
El problema golpea especialmente a las motos más buscadas, las de 110 cc. Y no es para menos: con precios que van de los 2,1 a los 3,2 millones de pesos, la única moto accesible va a ser la de juguete.
Para los que sueñan con una más potente, de entre 250 y 300 cc, los precios oscilan entre los 8,5 y los 10 millones de pesos. A esta altura, conviene hipotecar la casa o directamente volver a la bicicleta y asumir que el gimnasio ya no será necesario.
Pero ojo, porque el que cree que con comprar la moto ya está todo listo, es porque nunca lidió con la burocracia argentina. Patentar una de 110 cc puede costar 90.000 pesos, más o menos lo mismo que una cena para dos con bebida en Buenos Aires. Y ni hablar del casco: arrancan en 30.000 pesos, aunque a este ritmo, en cualquier momento van a empezar a aceptar planes de financiación.
Paradójicamente, a pesar de los faltantes y los precios, las ventas de motos siguen en alza: en febrero de 2025 se patentaron 39.803 unidades, un 29% más que en el mismo mes de 2024. O sea, la gente sigue apostando a las dos ruedas. Capaz porque con una moto todavía hay esperanza de esquivar el tráfico, o porque, con lo que cuesta el transporte público, ya cualquier cosa parece barata.