en plena crisis política, sin primer ministro y en medio de los Juegos Olímpicos, Macron se va de vacaciones

El presidente Emmanuel Macron no se quedó los 15 días de los Juegos Olímpicos ni apreció sus 19 deportes. Prefirió partir junto a la primera Dama, Brigitte, los hijos de ella y sus nietos al Fort de Brégancon, la residencia presidencial en la Costa Azul, de vacaciones.

Ya bronceados en su casa presidencial de La Lanterne en Versailles, los Macron partieron con la misma rutina de todos los franceses en julio y agosto: la playa junto a la familia.

En plena crisis política, sin primer ministro en Francia ni gabinete confirmado, Macron fue muy criticado por tomar vacaciones de verano durante los Juegos Olímpicos.

Los funcionarios insisten en que “el presidente está trabajando en Fort de Brégançon” en la Riviera Francesa y estará de regreso en París “antes de fin de semana” .

Pero la sorpresa es que no se quede en el Eliseo cuando su país protagoniza los Juegos Olímpicos y hay críticas a su organización por parte de los atletas, que se mueren de calor en sus departamentos sin aire acondicionado, con comida vegana y robos en sus instalaciones.

Los comentaristas franceses expresaron su sorpresa por el hecho de que el presidente Macron y su esposa hubieran abandonado París durante la primera semana de los Juegos Olímpicos de quince días.

No todos se pueden tomar vacaciones durante estos juegos blindados y con policías de 45 países ayudando en las amplias medidas de seguridad. La licencia policial ha sido cancelada durante los Juegos Olímpicos. Los médicos de accidentes y emergencias están de guardia. Los jardineros municipales de París están haciendo horas extras para cuidar los jardines de la ciudad.

Pero el presidente Macron se está tomando un descanso, al lado de la piscina que mandó a construir en el Fuerte. La “pausa de verano” de Macron es al menos polémica aunque París esté vacío de parisinos y de turistas. Sus restaurantes están mayoritariamente cerrados y los taxistas se quejen de que turistas y parisinos “han desertado a los Juegos Olímpicos” .

Macron describió el evento como una oportunidad para «mostrar el lado más hermoso de Francia» tras la ceremonia inaugural, que generó polémicas y hoy sus directores creativos han iniciado acciones legales porque los acosan cibernéticamente.

El presidente ha instalado una piscina de 35.000 euros en el retiro veraniego de Fort de Brégançon, donde los funcionarios insisten en que está trabajando .

Las vacaciones familiares en Brégançon son una tradición para los Macron. Su casa de Touquet, en Normandía es más para los fines de semana. No han hecho más que cumplir con la ruta del 47 por ciento de los franceses. Doce millones de ellos se han tomado vacaciones en los Juegos Olímpicos.

El jefe de Estado estuvo presente en la ceremonia de apertura del viernes en el Sena y en el estadio nacional un día después para felicitar a Antoine Dupont, la estrella francesa que llevó a Les Bleus al oro en rugby masculino.

Después, en la mayor discreción, Macron se dirigió a Fort de Brégançon, el retiro presidencial francés en Bormes-les-Mimosa, sobre el Mediterráneo.

Allí lo esperaba su esposa Brigitte, que había llegado el día antes junto a su hija, Laurence Auzière, una cardióloga; su pareja, el artista Matthieu Graffensttadden, y uno de sus hijos.

Después de sus primeras vacaciones presidenciales en Marsella, los Macron han elegido el Fuerte como una tradición porque el presidente tiene staff, militares y comunicaciones para seguir trabajando “part time” y recibiendo a jefes de estado, como cuando invitó a Vladimir Putin.

Los ministros del gobierno “caretaker” no pueden salir más allá de media hora de París en estos Juegos cuando se esperaban 15 millones de turistas, que no han llegado, y hay una “extremadamente fuerte amenaza terrorista”.

En el Eliseo informan que las vacaciones de Macron se interrumpirán con viajes a París para entregar medallas a los ganadores de vez en cuando. En un tremendo editorial, el diario conservador Le Figaro lo llamo “el trabajador casual del Eliseo”.

Según los asesores de Macron, el continúa trabajando en el Fuerte y habló el lunes con el nuevo presidente iraní, Masoud Pezeshkian.

El fuerte era un puesto militar que se usaba para alojar soldados y combatir a los ingleses en 1707 y 1793. Cuando el presidente y general Charles de Gaulle descubrió en 1960 que el jefe de estado no tenía un equivalente al palacio británico de Balmoral para pasar sus vacaciones, lo requisó.

Francois Mitterand lo detestaba. El presidente Jacques Chirac disfrutaba de sus paseos por los mercados de la zona y nadaba en el Mediterráneo. Fue su esposa Bernardette quien lo decoró con chintz.

Brigitte lo retocó con colores beiges y blancos. Macron le agregó la pileta de natación, en una gran polémica nacional para saber si violaba o no las reglas urbanísticas históricas del Fuerte. Finalmente es una pileta de madera, que pagaron ellos. Le sumaron un moderno sistema de comunicaciones, que le permite trabajar con líneas seguras.El fuerte ha sido bautizado Êlysée sur mer.

Macron llamó a “una pausa olímpica y política durante los Juegos”. En la playa seguramente pensará una salida a la crisis política en que ha sumergido al país, tras disolver la Asamblea Nacional y en las elecciones legislativas quedarse sin mayoría y sin apoyo de los macronistas.

Mientras Macron y Brigitte toman sol, la izquierda reunida en el Nuevo Frente Popular hace campaña para que Lucie Castets, una oficial municipal del Consejo de Paris, pueda ser primera ministra, bajo el sol.