Febrero arrancó, y con él, la universidad se llena de estudiantes despistados buscando aulas, cursillos de ingreso y las clásicas mesas de exámenes donde algunos van a aprobar y otros a hacer acto de presencia con la esperanza de un milagro. Pero mientras ellos luchan con parciales y profesores despiadados, en la trastienda política se juega otro partido: la gran rosca electoral universitaria.
Sí, señores y señoras, la UNSJ se prepara para una elección más, ese evento donde los de siempre se postulan de nuevo, los que perdieron vuelven a intentarlo, y los que nunca tuvieron chances… bueno, siguen sin tenerlas.
Veamos qué se está cocinando en cada facultad, porque esto es un auténtico MasterChef de la Rosca y algunos ya están prendiendo los fuegos.
Arquitectura: ¿Construcción Política o Demolición del Oficialismo?
En la Facultad de Arquitectura, el oficialismo de Tadeo Berenguer parece estar practicando un minimalismo extremo: no tienen candidato. Sí, leyeron bien. O sea, la estrategia es no presentar a nadie. Es como entrar a un examen sin birome ni calculadora y esperar que el profesor te apruebe por pena.
Mientras tanto, en la oposición, Alejandro Álvarez está afilando el lápiz, pero tiene un pequeño problema: su nombramiento en el Tribunal de Tasaciones podría frenarle la ambición. A ver, muchachos, no es tan difícil, o tasás terrenos o tasás votos, pero hacer las dos cosas al mismo tiempo ya es demasiado.
Del lado de Velasco, el que quiere el decanato es Carlos Herrera, que ya se postuló en 2021. Un tipo perseverante, como esos alumnos que siguen rindiendo la misma materia hasta que el profesor se cansa y los aprueba por insistencia.
Filosofía y Letras: Dialéctica, Retórica y Mucho Amor por el Puesto
Acá, la actual decana Myriam Arrabal ya anunció que quiere seguir en el cargo, porque en la filosofía se cuestiona todo… menos la propia continuidad en el poder.
Enfrente está Rosa Garbarino, que ya fue decana y que en la última elección intentó dar el salto al Rectorado, pero quedó a mitad de camino. Ahora vuelve al ruedo, con la posibilidad de llevar a Eduardo Carelli en la fórmula, o armar su propio equipo. Por ahora, están en la etapa del “veremos”, lo que en política se traduce como “esperemos a ver qué error cometen los otros para decidir”.
Velasco, por su parte, todavía no mueve sus fichas, lo cual es una estrategia interesante… si sos ninja. Pero en política, quedarse callado solo genera más rumores, así que en cualquier momento tira una bomba.
Ingeniería: Mucha Matemática, Poca Definición
Acá la cosa está más movida. Por el lado del oficialismo, Andrea Díaz, ingeniera química, suena fuerte. Siempre es bueno tener una química con el electorado, aunque en la UNSJ, a veces, lo que más pesa es la mecánica… de los acuerdos.
En la otra vereda, Velasco apunta a Víctor Doña, un viejo zorro de la política universitaria, de esos que saben moverse entre aulas y pasillos mejor que un estudiante en busca de una máquina de café funcionando.
Y por el lado de Cocinero, el que aparece es Esteban Fábrega, jefe del Departamento de Ingeniería Química, que está viendo si la fórmula le cierra. Porque una ecuación mal resuelta en esta elección te deja afuera más rápido que un bochazo en Álgebra II.
Exactas: Más Incógnitas que un Parcial de Física Cuántica
El clima electoral en Exactas está más inestable que un experimento sin medidas precisas. Tras la salida del decano Rodolfo Bloch, el oficialismo pone en cancha a Jorge Castro, doctor en Matemáticas, lo que significa que al menos tiene la capacidad de calcular votos con precisión.
Por Cocinero, el que asoma es Mario Díaz, un doctor en Ciencias de la Educación, lo cual es ideal para enseñar cómo se gana una elección… si la gana.
La gran duda es qué hará Alejandra Pittaluga, exsecretaria Académica. Su definición es más esperada que la corrección de un final difícil.
Sociales: Donde el Debate Nunca Termina
Si hay una facultad donde nunca falta la rosca política, es Sociales. Marcelo Lucero, el actual decano, quiere seguir en el cargo. Porque si hay algo que caracteriza a esta facultad, además del amor por las ciencias sociales, es la pasión por la continuidad.
Pero en la otra esquina, Antonio Molina, el candidato de Cocinero, ya está listo para pelear voto por voto, argumento por argumento. Acá el problema no es la campaña, sino que entre tanto debate, capaz que las elecciones terminan en 2026.
Conclusión: El Juego de la Silla Universitaria
Por ahora, el panorama es claro: los de siempre, queriendo seguir; los que ya intentaron, volviendo a probar; y algunos nuevos, viendo si les toca algo.
Las elecciones universitarias tienen una lógica muy simple: nadie se quiere bajar del tren, todos prometen grandes cambios, pero al final, el juego sigue siendo el mismo. Como un cursillo de ingreso: cambia el profesor, cambia el programa, pero al final, los alumnos terminan sufriendo igual.
En junio, las urnas hablarán… o, más bien, confirmarán lo que ya sabemos: en la UNSJ, lo más estable no es el conocimiento, sino la rosca.