Un baldazo de agua fría o una chispa más en la hoguera de la interna peronista de San Juan. Mauricio Ibarra, el exintendente y autoproclamado “articulador” del uñaquismo, se evaporó de la lista de asesores del senador Sergio Uñac. Así, de la noche a la mañana, como un WhatsApp eliminado antes de ser visto. Los rumores llueven: que la vacante en la Legislatura provincial fue el detonante, que Ibarra se fue dando un portazo o que Uñac lo bajó con un «gracias por los servicios prestados». Lo cierto es que, en el PJ, los cuchillos están más afilados que nunca. ¿Seguirán trabajando juntos? O mejor dicho, ¿seguirán hablándose?
Se busca asesor desaparecido: La última vez que vimos a Ibarra en acción fue armando la lista de unidad del peronismo en las elecciones de agosto de 2024. Era el gran “negociador” entre los clanes de José Luis Gioja y Fabián Gramajo. Pero después, la muerte del legislador Horacio Quiroga abrió un agujero negro de internas. Florencia Peñaloza, la defensora del Pueblo y protegida de Ibarra, era la sucesora natural para la banca vacante. Pero ella prefirió quedarse en la Defensoría, probablemente pensando: “¿Meterme en esa jaula de leones? Mejor me quedo donde estoy”. Resultado: el bloquista Federico Rizo ocupó la banca, desatando una lluvia de acusaciones que salpicaron directamente a Ibarra.
Puñales entre aliados: Quiroga Moyano, presidente del PJ, lideró el coro de críticas contra Peñaloza y, de paso, le tiró una pedrada a Ibarra. Por si fuera poco, el exintendente también perdió el apoyo de sus “amigos”: Marisa López, Leopoldo Soler y Cristian Andino. Parece que en el peronismo nadie es amigo para siempre, solo hay «compañeros hasta que convenga».
La gran desaparición: Ahora el nombre de Ibarra está tan borrado de la web del Senado como las promesas de campaña. Algunos dicen que renunció, otros que lo invitaron amablemente a retirarse (“amablemente” en idioma político, claro). Sea como sea, el quiebre es drástico. Recordemos que Uñac e Ibarra eran como Batman y Robin en las elecciones internas de 2020, ganando con el 70% de los votos. Hoy parece que ni comparten la misma Batiseñal.
Preguntas del millón: ¿Quién será el nuevo “articulador”? ¿Carlos Munisaga seguirá alineado con Ibarra o hará su propio camino? Y lo más importante: ¿hay lugar para reconciliaciones o esta novela política tendrá un final a lo «Game of Thrones»? Por ahora, lo único seguro es que el peronismo sanjuanino siempre tiene espacio para otro capítulo tragicómico. Mientras tanto, Ibarra sigue desaparecido y el Senado, como buen testigo, no dice ni una palabra.