Emilio Baistrocchi, exintendente de Capital y actual CEO del club de los «yo la tenía clara pero me tocó perder», se sentó en el set de Pelado Stream y, como quien pela cebolla en un velorio, empezó a largar declaraciones que lloran solas. El tipo no fue con rodeos: trajo bisturí, bisturí oxidado.
Arrancó con Carlos Munisaga, a quien definió como su “compañero de generación”. Traducción libre: la competencia que me ganó usando mis propias piezas de ajedrez.
“Ganó, perdió, se llevó mis funcionarios como quien saquea un local después de una elección. Me pareció bien, ya estaban entrenados para remar en dulce de leche.”
Le faltó decir: si no los traía, todavía estaba preguntando dónde queda Tribunales.
Luego, un comentario que fue medio piropo, medio trompada en la tráquea:
“No coincido con él en lo institucional, pero entiendo por qué hace lo que hace. Yo también fui boludo una vez.”
Filoso, pero pedagógico. Casi una clase de autocrítica con cuchillo entre los dientes.
Sobre Fabián Gramajo, el monarca eterno de Chimbas, fue más tibio pero no menos venenoso:
“No nos veíamos mucho, pero después hicimos un par de llamados. Él está instalado en Chimbas como virus en Windows XP.”
Traducido: no lo vas a sacar ni con agua bendita y soplete.
Pero ahí no termina:
“Tienen que animarse ya, o se los come el almanaque. El futuro no espera a los que se quedan mirando el pasto crecer.”
Metáfora con olor a ultimátum: o patean el tablero o van a quedar jugando a las damas en un torneo de ajedrez.
Cuando le tocó hablar de Cristian Andino, sacó el lanzallamas:
“Buen gestor, buen intendente… pero siempre fue más tibio que mate lavado. Nunca se animó a ir por más.”
Traducido: gran talento para quedarse quieto.
Y siguió:
“Coincidíamos en casi todo. Después eligió el rincón cómodo del mapa. El del ‘mejor no me meto’. Allá él.”
Un palazo disfrazado de respeto. Letal.
Sobre la Ley de Ficha Limpia, directamente se le saltó la cadena:
“Es una vergüenza. Un pacto tácito entre los libertarios de cotillón y el PJ zombificado para borrar a Macri sin dejar huellas.”
La versión sanjuanina de la teoría de la conspiración con olor a empanada recalentada y traición legislativa.
Y como si no hubiese bastado, cerró con una perlita:
Contó que está armando una especie de ensalada ideológica con el GEN de Arancibia, la Coalición Cívica y el Socialismo. Todo muy 2025: mezclar sushi con choripán y salir a decir que es “fusión gastronómica”.