La alegría llegó a Concepción. San Martín recuperó la sonrisa en el Gigante de Alberdi, después de ganarle a Gimnasia de Jujuy en la tanda de los penales de Copa Argentina. El partido durante los 90 minutos no había sido bueno, pero el gran arquero verdinegro se encargó de poner las cosas en su lugar en la definición desde los doce pasos: atajó dos y por uno que se fue a las nubes, el conjunto de Leandro Romagnoli clasificó a la siguiente instancia. En los 16avos espera Racing. Sirve para confiar, para levantar el ancla y empezar con el pie derecho la era del ‘Pipi’.
Después de que asumiera Romagnoli, el primer compromiso era este. Y si bien el esquema se está aceitando -de acuerdo al que proponía Antuña-, costó que la máquina funcionara. Se generaron pocas situaciones de gol, los pases no fueron a destino y en la única más clara, el juez anuló todo por supuesto offside de Toloza, que cabeceó muy bien y lejos del arquero para anotar. Sin embargo, no fue.
Gimnasia puso todo en el campo, pero la suerte no podía ser de ellos. El Alberdi otra vez estuvo del lado de San Martín y los planetas se alinearon para que Romagnoli se vaya del Gigante con una sonrisa. Claro está que vale resaltar los puntos altos de Lecanda, que hoy le tocó debutar, Toloza que tuvo muchos minutos y del propio Matías Borgogno, que fue la gran figura de la tarde en la capital cordobesa.
La tanda de los penales es una ruleta y después de la charla del ‘Pipi’, el que tomó el discurso fue Diego González, el hermano del Pulpito, que también incentivó al plantel con su experiencia. San Martín metió con Anselmo, Iacobellis y Federico González; el Lobo no pudo con sus primeros tres soldados. Borgogno le puso 1,87 metros de altura al arco del Alberdi, mucha cabeza y un corazón enorme para volver a llevarse la gloria de ese estadio donde tres meses atrás se coronaron con el ascenso a Primera. Inmenso. Se viene Racing por los 16avos, pero este respiro sirve para confiar.
