Serán mucho más que tres puntos. En especial, para Fernando Gago. Con Boca clasificado y un nivel que crece a cuentagotas, las miradas estarán puestas en el entrenador. A fin de cuentas, está ante uno de esos partidos que interpelará su ciclo. Aquel que comenzó en octubre del año pasado y ya arrastra dos duros golpes: la eliminación ante Vélez en las semifinales de la Copa Argentina 2024 y la caída en el mata-mata de la Libertadores contra Alianza Lima. El Superclásico, ese duelo tan único como especial, lo pondrá ante otro partido decisivo.
Esto no quiere decir que la continuidad de Gago depende del resultado del domingo. No obstante, puede marcar un quiebre. Ganar le dará un impulso en la recta final del Torneo Apertura. Una derrota, más allá de que no cambiará su posición de privilegio en la tabla ni pondrá en riesgo su participación en los playoffs, pegará fuerte en el estado de ánimo. Y aunque siempre tendrán una mayor responsabilidad los jugadores por su influencia en el campo, el blanco de las críticas está en el banco.
Los hinchas todavía no lograron superar ese vacío que genera la ausencia en la Libertadores. Ni siquiera quedó el consuelo de la Sudamericana porque los peruanos se impusieron en la fase 2. Y todos lo recuerdan en semanas como estas, cuando los equipos argentinos se lanzan a la aventura internacional que Boca, seis veces campeón de la máxima competencia continental, mira de afuera. Para la mayoría, de acuerdo a esa tribuna virtual que es posible encontrar en las redes sociales, el culpable es Gago. Y si no, basta con repasar los mensajes que dejaron debajo del saludo de cumpleaños del técnico que el club publicó en su cuenta de X.
El problema de un traspié ante River, que afrontará este mano a mano con un viaje a la altura de Quito a cuestas, puede agitar los fantasmas que surgieron a fines de febrero, cuando Boca quedó afuera de la Libertadores. Entonces, los satélites de Juan Román Riquelme empezaron a deslizar que Gago estaba de salida. Llegaron a decir, a través de los canales extraoficiales, que su último partido sería ante Rosario Central, el viernes posterior a la eliminación copera. La Bombonera fue un cabildo abierto aquella noche. Pero el equipo ganó, los triunfos domésticos se encadenaron y con 9 victorias en los últimos 10 partidos, el técnico superó el temblor.
Claro que siempre dará vueltas esa incómoda pregunta. ¿Hasta cuándo? Hasta ahora, el único que habló públicamente de la situación fue Mauricio Serna. “Cuando se dice ‘se habló’, ustedes tienen que decir ‘nosotros los periodistas hablamos’. ¿Dónde está Fernando? Todos los titulares decían: ‘Se va Gago, hace la práctica, el Consejo lo está esperando’. ¿Y cómo siguió todo?», manifestó el colombiano, miembro del Consejo de Fútbol, en su última aparición pública.
Y enfatizó: «Actuamos de manera normal, por más que entendemos lo que genera el mundo Boca y lo que quieren hacer creer para afuera. Fernando tiene un contrato en vigencia, estamos felices con él. Está haciendo las cosas bien, el equipo mejoró notablemente y los resultados mejoraron muchísimo».
Román esperaba que Gago diera un paso al costado después del choque con los peruanos. El técnico habló con Marcelo Delgado, tal cual aseguró en conferencia de prensa, y le dijo que no estaba dispuesto a renunciar. Hay una cuestión económica: Pintita tuvo que hacerse cargo de la cláusula de salida de Chivas de México, cuya devolución está prorrateada en su contrato con vigencia hasta diciembre de 2026. Y no está dispuesto a resignar dinero.
Otro punto que terminó de convencer al presidente ídolo de no ir a fondo, como hizo con el resto de los entrenadores, fue el respaldo de los referentes. Edinson Cavani y Marcos Rojo fueron contundentes: “No queremos otro interinato”. Por las dudas, Mariano Herrón ya estaba calentando motores. Gago siguió y se fortaleció con los resultados. De las palabras, los futbolistas pasaron a los hechos. Apoyaron al técnico adentro de la cancha.
La realidad es que todo dependerá de los resultados. De un Superclásico en el que Boca tendrá que mostrar templanza, pero fundamentalmente de los playoffs del Torneo Apertura. Llegar a la final del 1° de junio en Santiago del Estero y dar la vuelta olímpica ya no solo es una obligación para el gigante azul y oro; también, una necesidad para Gago.