PARÍS.- En el contexto de un acercamiento estratégico entre Brasil y Francia, el presidente Luiz Inacio Lula da Silva llegó a París para intentar convencer a Emmanuel Macron que “abra su corazón” y acepte el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, firmado en diciembre de 2024.
El operativo de seducción encontró el primer día un escollo, cuando Macron le reprochó a Lula su postura en las guerras de Gaza y Ucrania. “Hay un agresor, es Rusia. Hay un agredido, que es Ucrania. Todos queremos la paz, pero no puede tratarse a los dos beligerantes de forma equidistante”, dijo el presidente francés.
La primera visita de Estado de un presidente brasileño desde 2012 se produce en plena oposición al acuerdo comercial en Francia, donde los agricultores llamaron el miércoles a Macron a reiterarle su “firme” rechazo.
“Mi estimado Macron, abra un poco su corazón a la posibilidad de concluir este acuerdo con nuestro estimado Mercosur”, le pidió Lula durante una rueda de prensa conjunta con su par francés en París.
La Comisión Europea, que negocia en nombre de la UE, alcanzó un acuerdo comercial en diciembre con Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, y todavía debe definir qué mecanismo adoptará para su aprobación y ratificación del lado europeo.
De ratificarse, la UE, primer socio comercial del Mercosur, podría exportar más fácilmente autos, maquinaria y productos farmacéuticos, mientras que el bloque sudamericano podría exportar a Europa más carne, azúcar, soja, miel, entre otros productos.
Francia lidera el grupo de países europeos reticentes a firmar el acuerdo, pero la presión crece en el seno de la UE para aprobarlo como una medida destinada a aliviar el impacto de los aranceles de Donald Trump.
A nivel interno enfrenta la firme oposición de su sector agropecuario, protagonista en los últimos años de fuertes movilizaciones, y reclama que las exportaciones del bloque sudamericano cumplan las mismas normas de producción que la UE.
Este pacto es la “mejor respuesta” al “incierto contexto creado por el retorno del unilateralismo y del proteccionismo arancelario”, agregó Lula, que expresó su firmeza a concluirlo durante su presidencia pro témpore del Mercosur en la segunda mitad de 2025.
“Este acuerdo, en el momento estratégico que estamos viviendo, es bueno para muchos sectores, pero representa un riesgo para la agricultura de los países europeos”, le respondió Macron.
El mandatario francés reiteró que los agricultores del Mercosur no cumplen las mismas normas de producción que los europeos, por lo que abogó de nuevo por incluir “cláusulas de salvaguardia y cláusulas espejo” en el pacto.
“Tenemos seis meses para hacerlo, ya que está esta presidencia y este entusiasmo”, agregó Macron en referencia a la diatriba lanzada por su par brasileño en defensa del tratado comercial.
Francia y Brasil iniciaron una alianza estratégica en 2006, con Jacques Chirac y Lula en el poder, que se enfrió en 2016 y, especialmente, durante el mandato de Jair Bolsonaro (2019-2023). El regreso de Lula al poder reavivó la relación y, en marzo de 2024, Macron viajó a Brasil, donde visitó la Amazonia y el astillero donde se construyen los submarinos franceses, Scorpène.
La visita del presidente brasileño se ha presentado como parte de este acercamiento bilateral. En X, Lula afirmó que ambos líderes discutirán acuerdos de cooperación en las áreas de medio ambiente, tecnología, defensa, energía y salud. Se espera que Lula también participe en el Foro Económico Francia-Brasil y en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos, que comienza el lunes en Niza, entre otros eventos.
La llegada de Lula a París llega también en un momento en el que el regreso de Trump a la Casa Blanca generó una guerra comercial con sus aranceles y sacudió el tablero mundial, especialmente la relación con sus tradicionales aliados de Europa en plena guerra de Ucrania.
En este contexto, Francia busca cooperar más con Brasil, “un gran Estado emergente” y “una voz de peso en América Latina y el resto del mundo”, para buscar soluciones a las crisis internacionales, pero no siempre están en la misma línea.
Lula acusó así a Israel de cometer un “genocidio premeditado” en Gaza y afirmó que la comunidad internacional debe decir “basta” a la campaña militar israelí. “Es triste saber que el mundo se calla ante un genocidio”, agregó.
Brasil reconoció el Estado palestino en 2010 y en este sentido consideró un “deber moral” y una “exigencia política de todos los gobernantes del mundo” hacerlo, cuando Francia estudia si dar el paso.
Respecto a Ucrania, Lula recordó que su país “tomó posición contra la ocupación de territorio ucraniano que hizo Rusia” y “se posicionó contra la guerra”, y enfatizó que Brasil quiere “intentar ayudar a que haya paz”.
Macron le respondió llamando a no poner en el mismo nivel al invasor y al invadido. “Hay un agresor, es Rusia. Hay un agredido, que es Ucrania. Todos queremos la paz, pero no puede tratarse a los dos beligerantes de forma equidistante”, agregó.
Brasil sigue manteniendo buenas relaciones con Rusia, país que Lula visitó el 9 de mayo cuando participó en Moscú de las conmemoraciones de la victoria sobre la Alemania nazi, donde fue recibido por el presidente ruso, Vladimir Putin.
Con motivo de la visita de Estado, el presidente francés y su esposa Brigitte Macron darán en la noche un banquete en honor del dirigente brasileño, que viajó acompañado de su mujer Rosangela Lula da Silva.
Este jueves, Lula también asistirá a una sesión a puerta de cerrada de la Academia Francesa, una de las instituciones culturales más antiguas de Francia, e inaugurará un “bosque urbano” junto a la alcaldesa de París, Anne Hidalgo.
La visita de cinco días también incluye su participación en la cumbre de la ONU sobre los océanos, que arrancará el lunes en Niza meses antes de la próxima cumbre de la ONU clima prevista en Brasil (COP30).
Agencias AFP y Reuters