En una tranquila mañana sanjuanina, donde lo más violento suele ser el calor o el precio del kilo de asado, la calle 9 de Julio se convirtió en el set de filmación de una película de acción clase B… protagonizada por un jubilado de 76 años, un arma calibre 22, y un cable que no daba señal.
Todo arrancó a eso de las 9:30, hora en la que los pájaros cantan, los funcionarios llegan tarde a trabajar y los muchachos de Supercanal trepan techos con más fe que equipamiento de seguridad. Uno de ellos, de apellido Fernández, se subió al techo de una vivienda para hacer una instalación. Hasta ahí, todo normal. Pero lo que no sabía es que el techo al que se subía era custodiado por un señor mayor que claramente no había tomado la pastilla de la presión, pero sí había revisado que su Bersa calibre 22 tuviera los cargadores puestos.
—¡Bajate o te lleno de plomo, Skywalker!— habría gritado, en un delirio que mezclaba western, paranoia y muchos años viendo Crónica TV.
Fernández, que solo quería que la antena apuntara al satélite y no terminar la mañana apuntando al cielo literalmente, intentó calmarlo. Le explicó que era del cable, que no venía a robarle ni a meterle la fibra por la fuerza. Pero don Ricardo César Videla ya estaba en modo Rambo versión PAMI: salió de su casa con la pistola y pegó dos tiros al aire, probablemente intentando matar a un pajarito que le había cagado la siesta.
La escena fue presenciada por la inquilina del fondo, que seguramente se preguntó si en el contrato de alquiler estaba incluida la posibilidad de morir por Wi-Fi, y por el otro técnico que probablemente ya estaba buscando laburo en DirecTV.
La Policía llegó rapidito, entrevistó al comando geriátrico y este, con la calma de quien está acostumbrado a esconder las galletitas de agua en el cajón de los calzoncillos, dijo:
—Sí, tengo un arma. Está en ese bolsito de cuero que antes usaba para llevar la medicación.
La pistola Bersa calibre 22, dos cargadores y un montón de dudas sobre el estado mental del señor quedaron en manos de la Justicia. El ayudante fiscal Mauricio Flores y el fiscal Alberto Martínez dispusieron su aprehensión. Y ahora don Videla deberá explicar por qué quiso resolver un conflicto técnico con más plomo que señal.
Mientras tanto, en Supercanal ya están evaluando incorporar chalecos antibalas en lugar de escaleras.