Lo que pasa en la cordillera sanjuanina no es un proyecto minero: es una rendición sin condiciones. La bronca crece entre los proveedores locales porque, mientras hacen malabares para sostener sus pymes con costos imposibles, impuestos absurdos y un Estado que los mira de reojo, desde el lado chileno desembarcan empresas como si esto fuera tierra de nadie. Y todo con el aval implícito de las gigantes BHP y Lundin, que operan como si los recursos fueran de Marte y no del suelo argentino.
La Cámara de Proveedores Mineros de Calingasta, lo dijo con diplomacia. Pero la realidad es otra: «nos están corriendo con la billetera, con la experiencia y con el desprecio a lo nuestro«. En Veladero hay 900 empresas, de las cuales casi la mitad son sanjuaninas. ¿Ahora quieren hacer desaparecer eso por la puerta de atrás en Vicuña? ¿Quieren tercerizar el desarrollo local y subastar el futuro por logística más barata y mano de obra “más experimentada”?
El argumento de que “Chile tiene una industria robusta y personal capacitado” es una cachetada con guante de seda. En criollo: nos están diciendo que no servimos, pero gracias por el terreno, las montañas, los recursos y los permisos. La trampa legal es el viejo y nunca derogado Convenio Binacional, redactado cuando Pascua Lama todavía era una promesa. Pero ese marco hoy es un traje viejo para un cuerpo que cambió: la realidad actual exige soberanía productiva, no libre tránsito de intereses foráneos.
Mientras tanto, las cámaras empresarias, los colegios de profesionales y los gremios intentan levantar la voz, como quien grita bajo el agua. Porque el negocio ya empezó, y los chilenos ya están adentro. Cinco empresas de ese país ya trabajan en Vicuña. Y no es una anécdota: es un modelo. Uno que parece decirnos que, si queremos participar, será desde el rol de espectadores.
¿De qué sirve entonces pregonar el compre local si al final las decisiones estratégicas se toman con acento extranjero? ¿Para qué nos hablan de “integración regional” si la única integración que se da es la del beneficio económico directo para un solo lado?
Hay una lógica de coloniaje con casco y camioneta 4×4, los proveedores sanjuaninos no van a quedar rezagados: van a quedar extintos, y en muchos casos porque no se mueven y duermen la siesta esperando el subsidio. Y con ellos, la posibilidad de que esta provincia sea algo más que un gran escenario para que otros vengan, excaven, cobren y se vayan. San Juan no quiere migajas. Quiere prioridad, justicia, y respeto.
 
															 
															 
															 
					 
							 
															
 
			
 
		 
		 
		